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Canarias ya no es un chollo – Por María Fresno

   

Llenar el carrito de la compra todos los meses se convierte en un auténtico quebradero de cabeza para las familias canarias. Los elevados precios de los lineales y la escasa capacidad adquisitiva de los residentes contribuye a ello. Pero es que, además, el coste de la cesta de la compra es inherente a nuestra condición archipelágica. Canarias depende, casi, en el 90% de la importación. La lejanía de las Islas del territorio peninsular encarece los productos que consumimos, especialmente los pocos que se producen aquí, que tienen que competir con los que vienen del territorio comunitario y no comunitario. Disfrutamos, por así decirlo, de una serie de medidas correctoras, como el AIEM y el REA, que, en teoría, ayudan al desahogo de la industria local. Sin embargo, los precios siguen siendo elevados. Normalmente, las ciudades más caras, en precios, en tasas, en vivienda, en transporte o en ocio, suelen ser aquellas donde el poder adquisitivo de sus habitantes, también es elevado. En cambio, las dos capitales de Canarias, con una tasa de paro del 34% y con los salarios más bajos del país, se encuentran entre las cinco ciudades más caras del Estado. Y esto no tiene otra explicación, sino nuestra condición de lejanía. Pero yo me pregunto: ¿por qué las islas Baleares no están entre las cinco ciudades más caras? Vale que están más cerca de la Península, pero siguen teniendo la misma condición archipelágica que Canarias.

Toda esta situación lleva a reflexionar sobre la importancia estratégica que juegan nuestros puertos. No solo para recibir cruceristas, que está muy bien, sino para el tráfico de mercancías. El puerto de La Luz lo tiene claro. Otra cosa es Tenerife. Ahí está paralizado el puerto de Granadilla, y el de Santa Cruz, sin astilleros, intenta dar lo que puede. Tenemos el calificativo de Islas Afortunadas. Y, sinceramente, lo creo. Vivir en Canarias es un lujo, pero hay que pagar un coste. Recuerdo cuando estudiaba en la Universidad y mis compañeros me pedían gafas Ray-ban, pantalones Levis y tabaco. Volvía de las vacaciones a la capital de España cargada de estos productos, pero es que todo costaba a mitad de precio. Esa etapa ya pasó a la historia. Canarias ya no es territorio free. Se ha convertido en una región cara, quizás no tanto para los que vienen de fuera, pero sí para los que residimos aquí. La cesta de la compra por las nubes y el precio de los billetes de avión, nuestra vía de salida, cada vez más caro. ¿Será que vivir en Canarias ya no es tan chollo? Yo creo que vivir aquí es extraordinario, pero cuando la calidad de vida ya no es rentable, comienzan las dudas.
@MariaFresno72