Europa, del mito al hito

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FOTOS SERGIO MÉNDEZ
DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife

Cuenta la mitología que Zeus se enamoró de una mujer fenicia llamada Europa. Para atraer su atención se convirtió en un toro blanco. En la playa, ella se acercó para acariciarlo y, al ver que era manso, montó en su lomo. En ese instante, él corrió hacia el mar y se llevó a su amada. Ya era demasiado tarde cuando sus hermanos acudieron al rescate. Después de que Fénix y Cílix abandonaran la búsqueda, Cadmo visitó al oráculo de Delfos. Este le aconsejó que viviera allí donde observara que se pusiera la luna. Tras la consulta, observó una vaca con una media luna dibujada en su frente y la persiguió hasta que el animal cayó rendido de agotamiento. En ese lugar fundó la ciudad de Cadmea, donde plantó los dientes del dragón al que había abatido. Nacieron guerreros que pelearon entre sí hasta quedar unos pocos. El ansia de paz, libertad y prosperidad alumbró lo que ahora es la Unión Europea, un proyecto que creció alimentado por el anhelo de superar viejos conflictos. La concordia engendró cooperación y los ideales se fueron integrado en un proceso de participación inteligente adaptado a las necesidades de cada momento histórico. La ilusión construyó una casa común, inicialmente de seis habitaciones y que hoy son veintiocho. Las palabras embellecieron la fachada de un edificio levantado sobre los cimientos de la convivencia supranacional. Al objeto de favorecer la comunicación interna, se instalaron escaleras eléctricas y ascensores, se abrieron pasillos, se colgaron balcones con vistas a floridos jardines, se acondicionaron roperos para vestir las ocasiones, se distribuyeron puntos de luz para que no tropezaran los residentes… En fin, todo era bonito al principio. Va bien siempre que el ambiente sea cálido. Pero en invierno se nota que no han colocado ventanas. Y no solo eso. La solución de los problemas es una moneda al aire. En circunstancias adversas, a los europeístas les preocupa la actitud de los euroescépticos ocupas.

En el marco de una incipiente recuperación, estas votaciones al Parlamento de la UE otorgan a 380 millones de ciudadanos (de una población de 500 millones) el poder de elegir al presidente de la comunidad de vecinos (Comisión Europea) a través de 751 eurodiputados. En España se desplegó una campaña con mucha caña por la mañana y escasa reflexión nocturna. Se engaña quien piense que esto de ir a las urnas no le atañe, porque el desinterés político distorsiona la perspectiva de influir en las decisiones que afectan a lo cotidiano.

Parece lógico que el inmovilismo institucional desmovilice a los electores, lo cual no sirve de excusa para apagar el entusiasmo personal por resolver las inquietudes colectivas.

Despertar de la pesadilla es un sueño que mantiene en vela a los habitantes de Canarias, una región extremadamente periférica que convalece de una depresión provocada por una sobredosis de felicidad. De camino al Hotel Mencey, Paulino Rivero tuvo una premonición: “Saldremos de esta por nuestro propio pie”. Su participación en una charla organizada por Tribuna Fórum sobre el encaje en Europa propició el anuncio de que se había cerrado un acuerdo acerca de la renovación del Régimen Económico y Fiscal (REF). Metafóricamente, el jefe del Ejecutivo autonómico rompió la hucha de los tributos empresariales para invertir en empleo neto. El ministro Cristóbal Montoro y el consejero de Economía, Javier González Ortiz, activaron un mecanismo de contrataciones vinculadas a la estabilidad laboral.

De analizar las oportunidades de negocio que brindan los mercados extranjeros se ocuparon José Bono e Inocencio Arias en el Club Oliver. Durante un canutazo previo a su diálogo para el desarrollo, el político y el diplomático fusionaron sus voces en contra del separatismo. El exministro de Defensa, antes de presidir el Congreso, y el exembajador ante la ONU derribaron fronteras. La agudeza desgrava.