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“La solución a nuestros problemas está en el futuro, no en el pasado”

   
Joaquín Araujo (i) y Juan Luis Arsuaga abrieron los encuentros que organiza la Fundación CajaCanarias. / F. P.

Joaquín Araujo (i) y Juan Luis Arsuaga abrieron los encuentros que organiza la Fundación CajaCanarias. / F. P.

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? Las razones primigenias de la existencia, desde el punto de vista antropológico y ambiental. Ese fue el escenario del diálogo que mantuvieron ayer en la sede de la Fundación CajaCanarias el paleontólogo y divulgador científico Juan Luis Arsuaga y el naturalista y escritor Joaquín Araujo, el primero de los encuentros del Foro Enciende la Tierra que organiza la entidad.

Para Arsuaga, conocido por sus investigaciones y hallazgos en el campo de la paleontología humana -especialmente en la sierra burgalesa de Atapuerca-, “científicamente, hemos cambiado”. “Nada desevoluciona, porque no hay retorno posible, y lo que se ha inventado no se puede desinventar. No se puede volver al pasado, y lo que decidamos que sea el futuro debe ser algo nuevo”, recalcó. Por eso, según él, “la solución a nuestros problemas no está en el pasado, sino en el futuro. Conociendo ese pasado hay lecciones que podemos aprender, pero cualquier esperanza de encontrar la solución en el retroceso, es en vano”, agregó el biólogo, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1997.
Y es que, en su opinión, “hay que analizar qué cosas nos hemos dejado por el camino” y “extraer del pasado los elementos que más nos interesan”. Así, “si analizamos la historia será más fácil aprender de nuestros errores, y aunque la historia no sea circular, sí depende de muchos patrones similares. La constante del ser humano está siempre ahí, y por eso conviene estudiarlo”, denotó Arsuaga.

Una opinión que suscribió Joaquín Araujo, quien señaló que “hacer ciencia y divulgación en España cada vez es más difícil”. “Lo que antes era divulgación de la ciencia en los medios de comunicación está sufriendo un pésimo momento ahora, aunque en cambio está en auge en las redes sociales, donde están muchos periodistas científicos. A nivel de supervivencia, se está haciendo mucho y muy bueno”, destacó el naturalista, que junto a Félix Rodríguez de la Fuente publicó la Enciclopedia Salvat de la Fauna ibérica y europea.

Tanto para él como para Arsuaga nunca ha habido tanta información científica en los medios, pero “falta ensayo y reflexión”. “Divulgación es contar lo que otros hacen, mientras que yo, por ejemplo, explico lo que veo, desde mi enfoque”, denotó el paleontólogo. Una afirmación que compartió Joaquín Araujo, quien reconoció que “los gobiernos tampoco le dan todo el valor que tiene la ciencia y la investigación, como tampoco es prioritaria en las redacciones de los periódicos o las cadenas de televisión. “Yo echo en falta más opinión sobre qué significan muchos de los descubrimientos científicos”, agregó Araujo.

Ante esa ecuación, poca opinión y escasa inversión, Arsuaga apostó por la toma de decisiones. “La sociedad informada tendrá que tomar una decisión, sobre el medio ambiente, la energía, etc. Porque en una sociedad democrática, es la sociedad la que decide”. No en vano, “hay una relación intimísima entre la calidad democrática en una sociedad y el conocimiento científico que tenga, porque la ignorancia causa muchos estragos en la convivencia”, espetó Joaquín Araujo, quien insistió en lo “terrible” de no darle la importancia que merecen el debate, la opinión y la investigación”.

Como conclusión, Juan Luis Arsuaga determinó que “para entender el por qué estamos aquí, hay que conocer mejor la historia, y eso nos preparará para afrontar mejor los problemas”. “Además, tampoco hay alternativa, porque el ser humano, por naturaleza, siempre se enfrentará a la pregunta sobre la razón de su existencia”. Un futuro hacia el que caminamos que será “mucho más incierto” si no preservamos el medio ambiente. “El modelo que tenemos está provocando serios problemas para el clima”, señaló Joaquín Araujo, quien dejó claro que “el petróleo es caro, sucio, peligroso y discriminador”.