ZiREjA es el nombre artístico de Irene Sanfiel, una fotógrafa especializada en retratar la naturaleza pero no, precisamente, con su mejor cara. Las imágenes de esta entrevista son realizadas por ella misma donde se muestra fusionara con el paisaje que trasmite en sus obras. Naturaleza y hombre (en este caso, mujer) fusionadas para trasmitir un mensaje. Cuando se le pregunta por sus próximos proyectos, responde sin dudar: “Seguir llevando el mensaje a más partes del mundo y realizar acciones de conciencia directa sobre el ciudadano con intervenciones urbanas”. En ello está.
-Nos sorprende tu firma ziREjA, ¿de dónde viene?
“Es la búsqueda de la propia identidad lo que me hace plantearme una marca artística que defina las ideas que estoy trabajando. Combiné mi nombre con la última letra del abecedario y el fonema “ja” que es el que usamos para denotar la parte más cómica de la vida, así es como intento vivir cada día, sacando algo de comedia a las situaciones cotidianas. Intercalar mayúsculas y minúsculas también forma parte de la imagen para denotar un nuevo lenguaje de creación”.
-La fotografía de la naturaleza es un género muy especial que requiere mucha paciencia y una vista muy diferente, ¿por qué la eligió?
“No realizo fotografías de la naturaleza, más bien interactúo con ella para de ahí sacar instantáneas de mi paso por ella. Cualquier momento es bueno para crear cuando estás rodeada por árboles, rocas y mares. Mi preocupación es por la huella que el ser humano deja sobre la naturaleza, así como las sensaciones que tengo cada vez que estoy en contacto con ella, me llevan a centrar gran parte de mi trabajo en torno a ella. Es el mejor escenario y… encima gratis”.
-Fue Premio de la Agencia Europea de Medio Ambiente con una fotografía realizada en El Cotillo (Fuerteventura). ¿Qué supuso para usted?
“Ha supuesto un impulso para continuar apostando por desarrollar este trabajo que tanto me motiva, me mueve y me ilusiona”.
-Su trabajo denuncia también el mal uso y el abuso del hombre con respecto a la naturaleza. ¿Cuál es su principal preocupación?
“Me preocupa cada vez ver más plástico en las costas y los montes. Me preocupa ver la impasibilidad y la ceguera en la que estamos inmersos. El ser humano en menos de un siglo ha logrado destrozar casi todo el planeta en aras de un progreso insostenible”.
-La última exposición que ha comisariado, The Waste Coast (La basura de tu costa), es una denuncia social, ¿cuando uno busca este tipo de imágenes la realidad supera las expectativas? ¿Qué costa tenemos en Canarias?
“No hace falta irnos muy lejos. Luchamos por banderas azules maquillando el paisaje que hoy en día es cada vez más sobrecogedor. Recogemos la basura, la escondemos, la almacenamos, la procesamos para seguir fabricando más y más productos. Al final, productos pensados para vender y diseñados para la comodidad del cliente, no tienen en cuenta su efecto sobre el medio que nos rodea y acaban esparcidos en las costas y entornos naturales por las corrientes marinas y de aire que los mueven de un sitio a otro sin posibilidad de ser gestionados”.
-¿Es la fotografía una buena forma de generar conciencia?
“Pienso que es una de las maneras más efectivas de hacerlo, junto con acciones urbanas de arte. Necesitamos darnos cuenta de lo que sucede. Cada vez nos llegan más y más imágenes y parece que nos volvemos inmunes. Combinar la imagen, la denuncia y la acción en la calle sin lugar a dudas puede suponer un impacto real sobre nuestras conciencias alienadas por lo cotidiano”.
-Colabora con el proyecto Mirlo Positive Nature, ¿en qué consiste esta unión?
“Aliarse con empresas, organizaciones e instituciones, es decir, con los distintos agentes que promueven el cambio de conducta del individuo, así como propuestas innovadoras que propongan alternativas a los modelos de consumo existentes es uno de los pilares que estoy buscando como artista. Con Mirlo Positive Nature colaboramos a la hora de ofrecer proyectos de difusión en la reforestación de nuestros montes como pulmón de un ecosistema saludable”.
-¿Una fotógrafa como usted tiene una visión artística de su entorno o todo entorno se puede volver arte?
“Tal vez me sienta más identificada con la frase todo entorno se puede volver arte. Impulsar la creatividad y empoderarnos como generadoras y creadoras del cambio a través de nuevas formas de ver nuestro entorno y la manera en que gestionamos y tratamos el mismo también es algo con lo que trabajo día a día y aprendo día a día”.
-Ha viajado a otros países y ha residido en Ghana, ¿le ha cambiado mucho esa experiencia? ¿Qué se trajo de allí?
“Sí, me ha cambiado completamente. Desde pequeña siempre he tenido inquietudes sobre esa desigualdad económica en la que se sumergen los países, sobre esa desigualdad social entre las personas… Vivir allí es enfrentarse cara a cara a una realidad diferente a la que hemos estado aprendiendo y viviendo. Es como si algo dentro de tu cabeza diera un click y despertara. Somos las creadoras, somos las personas que hoy estamos viviendo en este mundo y tenemos la posibilidad de dejar algo en él. Nos olvidamos, no somos conscientes… vivimos inmersos en el día a día y no nos damos cuenta que cada día se va y no vuelve, que solo tenemos un impedimento para disfrutar de cada momento y es la capacidad de cambiar nuestra manera de ver las cosas. Esto es algo que venía mucho tiempo pensando, pero enfrentarse a las situaciones que se viven en un país africano y vivir el día a día te hace ser consciente de la realidad… Es como darse una ducha de realidad y consciencia”.
-¿Vio como Europa utiliza países como Ghana como vertederos no legales?
“Siguen llegando a Ghana contenedores llenos de aparatos electrónicos que denominan ‘de segunda mano’ y que casi el 80% de ellos no se pueden re utilizar y acaba en vertederos ilegales como Agbogbloshie, en Accra, la capital, provocando un gran impacto medio ambiental y de salubridad en todas sus periferias y personas que viven a su alrededor y trabajan allí. Esto es muy triste verlo… En este caso la comunidad internacional debería ser mucho más estricta en los puertos africanos para evitar esta llegada masiva de residuos a través de los mares”.