X
TENERIFE >

Jonathan García: “La libertad es poder elegir”

   
<
>


FOTOS FRAN PALLERO

NORBERTO CHIJEB | Santa Cruz de Tenerife

“Me siento feliz de haber retomado parte de mi vida, aunque afirmo que a pesar de estar en prisión he sido irónicamente libre en muchos aspectos, ya que nunca me limitó mis proyectos la altura de los muros y menos pude verlos como un obstáculo que me impidiera cumplir mis sueños. Me siento feliz de que la vida me premie con una segunda oportunidad”, afirma Jonathan García, el joven nadador tacorontero que hace unos días abandonó la cárcel tras dos años de condena por una agresión a un hermano, cumpliendo algo más de la mitad de la condena por buen comportamiento.

Jonathan confiesa que “al principio contaba cada día del calendario como si pudiese de esta forma predestinar mi futuro, pero luego aprendí que la paciencia es una gran virtud, que cultivé en las frías noches de la celda y aprendí que dejar de contar era la mejor opción para dejarme de agobiar”.

Durante su estancia en Tenerife II y en el Centro de Inserción Social (CIS), Jonathan García ha sabido compaginar el estudio con la preparación física, lo que le ha valido para comenzar a escribir un libro y mantener sus retos de travesías a mar abierto, tras cubrir distancias como las de La Gomera-Tenerife, África-Gibraltar o Lanzarote-Fuerteventura, quedando en el horizonte Gran Canaria-Tenerife, un anhelo que no pudo cubrir el pasado Día de Canarias y que espera realizar pronto. “Tras 23 meses de 42 de condena, ahora el mar será mi libertad”, afirma.

El joven deportista, al que nunca se la ha borrado la sonrisa de su rostro, dentro o fuera de la prisión, solo tiene palabras de agradecimiento para su familia, su gran valedora: “Mi familia es mi talón de Aquiles, ha sido mi motor. Cuando pensé que todo estaba perdido, ella siempre estaba ahí, no cabe duda que estoy enamorado de mis padres y de mis abuelos. Sin ellos no tendría motivos para dar una sola brazada más. Sé que no puedo cambiar el pasado, pero desde el presente voy a cambiar el futuro”.

Una familia en donde su hermano ha jugado un papel fundamental. Aquella discusión con él ha marcado su vida, pero, al menos, ya ha recibido el perdón. “Él me retiró todos los cargos, aunque eso no impidió mi ingreso en prisión, dado que mi actitud fue merecedora de un castigo, un castigo que asumí con entereza. Hoy mi hermano viene a casa de mis padres y hemos comido juntos varias veces. El odio fue un lastre que se arrastró durante años, quizás fruto de mi inmadurez”.
Jonathan García perdió la libertad durante dos años, pero al menos ganó en ellos conocimiento, porque “realicé cursos de FP, auxiliar deportivo, auxiliar veterinario, aprendí a tocar la guitarra y, sobre todo, aprendí a valorar la vida y aprendí que fui libre para elegir”.

Dos años intensos cargados de experiencia que ahora Jonathan García lo ha trasladado a un libro. “Mi padre -afirma- siempre me dijo que hay que dejar un legado y por eso he terminado un libro, un libro lleno de amor y energía, de fuerza y en ocasiones de tristeza. Si todo sale bien en noviembre saldrá a la luz”.
Pero por encima de otro reto, el joven nadador tiene entre ceja y ceja un proyecto deportivo inacabado, después de que por motivos de seguridad, se le impidiera realizar el pasado día 30 de mayo la travesía a nado Agaete-Candelaria. “Ese es el reto de mi vida, porque no seré libre y no descansaré hasta unir las islas de Gran Canaria y Tenerife, algo que le prometí a mis padres antes de entrar en la cárcel y lo haré aunque tenga que volver a vender mi coche para pagar el combustible del barco de apoyo y toda la logística necesaria, porque si no es por la prensa y los medios de comunicación no tendría casi ni un traje en condiciones. Desde luego, las autoridades no han sido fieles a los mensajes que predican, eso de las segundas oportunidades, porque a mí más que abrirme puertas me las han cerrado”, afirmó quien ya piensa también en nadar en Alemania, el Lago Ness, Valencia o Ibiza.

Jonathan García seguirá, mientras espera cumplir su anhelos deportivos, recorriendo “centros escolares, institutos y facultades intentando trasladar a los más pequeños y a los jóvenes como yo que la altura de los muros no debe limitar la libertad a nadie y trataré de transmitir en cada charla el espíritu de lucha”, finaliza el ya exreo.