X
SOCIEDAD >

La ley canaria de muerte digna necesita 100 camas de paliativos

   
Las únicas camas de paliativos con las que cuenta la Isla están en el Hospital del Tórax del HUNSC. / DA

Las únicas camas de paliativos con las que cuenta la Isla están en el Hospital del Tórax del HUNSC. / DA

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

El pleno del Parlamento de Canarias acordó el pasado miércoles por unanimidad iniciar el trámite de una proposición de ley para una muerte digna, cuyo objetivo es garantizar un final de la vida sin sufrimiento en caso de enfermedad terminal y dar la oportunidad de decidir a los pacientes o en su caso a sus familias sobre tratamientos paliativos cuando ya no hay esperanza.

La propuesta, no obstante, se ha realizado sin contar con los profesionales, como denuncia el presidente del Colegio Oficial de Médicos de la provincia de Santa Cruz de Tenerife (Comtf), Rodrigo Martín. En su opinión, “todos estamos de acuerdo en que debe haber una ley de muerte digna, pero debe incluir irremediablemente más y mejores servicios de cuidados paliativos”. “Se trata de pacientes que en la mayoría de los casos se enfrentan a procesos dolorosos, que requieren un trato muy específico, no sólo físico, también psicológico”, recalca Martín, quien recuerda que “los cuidados paliativos son servicios que en España se está desarrollando en los últimos años. Hasta ahora, son atendidos por médicos de familia y algunos anestesistas, porque no existe la especialidad”.

En este sentido, el responsable del colegio tinerfeño asegura que Canarias presente un importante déficit de camas de paliativos, tomando como base indicadores como los de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). La primera establece un mínimo de 80 camas de paliativos por cada millón de habitantes, una cifra inferior incluso a la que determina la OCDE. Ello supone que el Archipiélago necesitaría al menos 160 camas de este tipo, aunque los expertos y facultativos hablan de un mínimo de 200. Sin embargo, y aunque se trata de un aspecto básico incluido en esta futura ley canaria de muerte digna, en estos momentos las Islas apenan cuentan con 60 camas de paliativos, lo que supone una de las cifras más baja del Estado.

Y es que, según datos de la propia Consejería de Sanidad recogidos por el propio Colegio de Médicos de Tenerife, la mayor parte de estas camas de paliativos se encuentran en los hospitales Insular y Negrín de Las Palmas de Gran Canaria, 16 en cada uno de ellos, y cuentan con 12 especialistas. En cambio, en la provincia tinerfeña sólo hay 11 camas así en el Hospital del Tórax de La Candelaria, en una unidad que cuenta con 6 médicos. A estas hay que añadirles una decena más situadas en los hospitales de La Palma y el Doctor José Molina Orosa de Lanzarote. “Algunos enfermos con patologías terminales, cuando estas camas están ocupadas, se quedan en los hospitales, pero no es lo mismo estar en un servicio específico que en un hospital, donde hay un mayor trasiego de gente, por lo que en ningún caso se podría hablar de una situación idónea ni digna para morir”, concluye Rodrigo Martín.

Apoyo integral para las familias

-La proposición de ley, denominada “de derechos y garantías de la dignidad de las personas ante el proceso final de su vida”, indica que “una vida humana digna no se puede truncar con una muerte indigna” y por tanto los pacientes tienen derecho a recibir cuidados paliativos integrales de alta calidad y los profesionales a tener una seguridad jurídica que evite su inhibición en la toma de decisiones. La propuesta trata también sobre el derecho de las personas a redactar un documento con sus deseos y preferencias de tratamiento, para el caso en el que no puedan decidir por sí mismas, así como a designar a quien tomará decisiones en su lugar.

-La futura norma trata de evitar la denominada “obstinación terapéutica” en pacientes terminales y determinar el procedimiento de retirada o no instauración de estas medidas de forma consensuada entre el equipo asistencial y preservando las intervenciones necesarias para el adecuado confort de la persona en estas circunstancias. Además, se establece que centros sanitarios e instituciones tiene que facilitar el acompañamiento familiar y garantizar la adecuada atención asistencial, incluyendo el tratamiento del dolor. Se procurará apoyo a la familia de la persona en situación terminal, incluyendo la atención al duelo y la provisión de una habitación individual en los casos en los que la atención se produzca en régimen de internamiento, según el texto de la futura normativa.