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El problema no son las plataformas – Por María Fresno

   

El efecto óptico que están provocando las tres plataformas petrolíferas atracadas en el puerto capitalino es insoportable. No somos capaces de pasar por la avenida de Anaga sin preguntarnos cómo es posible que estén ahí; dejando a un lado, claro, el hecho de que están en una instalación portuaria, no aparcadas en cualquier sitio. Por eso, antes de pilotar la batalla contra las plataformas sería de valientes plantearnos cuál es el puerto que queremos para Santa Cruz. ¿Optamos por unas instalaciones competitivas que sean un auténtico puente de comunicación marítima entre África y Europa?, ¿o lo que queremos es un puerto bonito, abierto al mar, con yates y cruceros? No conozco aún ningún puerto, europeo, asiático o americano, que no tenga en sus muelles: contenedores, buques, petroleros, cruceros o yates, entre otras cosas porque no sería un puerto de mercancías, sino uno recreativo, como puerto Colón. Pero es que, además, tampoco tenemos que irnos muy lejos, basta con echar una miradita al puerto de la Luz en Gran Canaria. Desconozco si la actividad económica que van a generar estas tres plataformas es mucha o poca.

Tampoco sé si el empleo directo o indirecto será suficiente, pero lo que si sé es que, poco o mucho, van a generar más riqueza que si no estuvieran. Hay dos principios que siempre analizo cuánto se arriesga y cuánto se gana. En este caso, el riesgo es nulo, salvo el óptico, y el beneficio, aunque sea solo por el pago del alquiler portuario, es mayor que si éste atraque estuviera vacío. Canarias es un paraíso. Vivir en las Islas es un auténtico privilegio y, a pesar de nuestra lejanía del territorio peninsular y todo lo que esto implica, tenemos condiciones magníficas para progresar. Sin embargo, somos incapaces de ver más allá del mar que nos rodea. Nos empeñamos en aislarnos del mundo y empequeñecernos con discursos acomplejados. El progreso y el desarrollo económico traen, muchas veces, paisajes que no nos gustan, pero siempre que se respeten las leyes, es el riesgo que hay que correr si lo que queremos realmente es una sociedad moderna y competitiva. Canarias tiene innumerables paisajes para disfrutar que pueden convivir perfectamente con el desarrollo económico del Archipiélago. El problema no son las plataformas, ni el paisaje, ni siquiera el petróleo. El problema somos los canarios, que no hacemos sino quejarmos porque no progresamos, pero al mismo tiempo no movemos ni una piedra para prosperar. Y de esto no tiene la culpa ni Europa, ni el Estado, ni la crisis económica. Esto lo hemos conseguido nosotros solitos.

@MariaFresno72