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Los dispositivos contra incendios han perdido el 25% de su personal

   
El calor se empieza a dejar sentir, y con él la posibilidad de incendios forestales en el Archipiélago. / DA

El calor se empieza a dejar sentir, y con él la posibilidad de incendios forestales en el Archipiélago. / DA

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

Más conatos que nunca y una previsión meteorológica poco halagüeña. Esos son los dos argumentos que exponen los trabajadores de los dispositivos contraincendios de los parques nacionales de Canarias, para alertar sobre lo que se avecina durante la época estival en la que nos encontramos. El motivo, que no se ha repuesto el personal que se perdió por los recortes emprendidos por las administraciones en 2011, que provocaron que las Islas hayan perdido un 25% de los efectivos que cubren la campaña contra el fuego en el Archipiélago.

Y es que, con una reducción global que supera los 1,4 millones de euros en los últimos cuatro años, especialmente los parques nacionales de la provincia tinerfeña continúan en una situación “muy delicada”. De hecho, sus responsables han tenido que hacer encaje de bolillos este año para seguir prestando los mismos servicios que realizaban, en unas condiciones mínimas. Los recortes, sin embargo, han provocado que los retenes contraincendios contratados para la campaña estival hayan perdido al menos uno de los cuatro efectivos con los que contaban, según aseguran desde el comité de empresa de Transformación Agraria Sociedad Anónima (Tragsa), entidad que gestiona el servicio de prevención y extinción de incendios en los parques nacionales del Estado.

En el caso del Garajonay, en la isla de La Gomera, este año hay un retén menos, y además la cifra de miembros de estas cuadrillas ha pasado de 12 a 9. Hay, por tanto, 18 personas menos destinadas a la vigilancia y extinción de incendios, una labor que según estas mismas fuentes “se está supliendo con personal que también realiza tareas de limpieza y mantenimiento”. De igual modo, “no hay vigilantes estratégicos, ya que de los 12 que había en 2011, se pasó a solo 4 el año pasado, y este verano no se ha contratado a nadie, a pesar de que son básicos para la pronta localización de un incendio”.

Una situación similar se da actualmente en el Parque Nacional del Teide, cuyo dispositivo se ha mantenido con relación al año 2013, pero ha perdido 18 operarios en cuatro años por el tijeretazo emprendido por las administraciones públicas. En concreto, ahora hay 6 cuadrillas de 4 personas, a las que se añaden 16 conductores, casi la mitad de personal que había hace apenas un lustro, cuando además la campaña contra incendios se desarrollaba entre el 15 de junio y el 15 de octubre.
Ahora, como explican varios trabajadores del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, en la isla de La Palma, la campaña se extiende desde el 1 de julio al 30 de septiembre, a pesar de que también existe un “riesgo importante” en los meses de junio y octubre. En el caso de La Caldera, recalcan, se ha reducido el 25% el servicio contratado, lo que ha provocado que en estos momentos el dispositivo está formado por 4 retenes de 7 personas (hasta 2011 eran de 8 miembros) y 8 conductores, que están operativos entre las 8 y las 20 horas. “En caso de incendio, el servicio se duplica, y se movilizan dos retenes de día y dos de noche”, subrayan desde Tragsa, quienes no obstante recuerdan que estos equipos “actúan solo de apoyo”, porque “no pueden apagar un fuego importante, que ni siquiera se puede afrontar con los medios con los que cuentan los cabildos insulares”.

Una opinión que comparte el personal de La Caldera de Taburiente, que insiste en que los responsables de los parques nacionales han procurado contar con dispositivos “equilibrados”, y han distribuido los medios en función de los recursos. “En nuestro caso no existen puestos específicos de vigilancia, porque fundamentalmente se dedican a atender a los turistas todo el año, pero en esta época también dan avisos”, arguye uno de estos trabajadores, que insiste en que las tareas no acaban en verano, porque “hay que conservar y acondicionar los senderos, porque si no en los meses invierno no se podría acceder a los parques”.

Un verano con más episodios de calor

Para alertar de las graves consecuencias que generan los recortes en el sector medioambiental, UGT ha lanzado una campaña En defensa del sector forestal, que incluye la elaboración de un informe recabado tras realizar visitas a retenes de dispositivos de prevención y extinción de incendios de todo el territorio nacional.
Según explican desde el sindicato, “el principal motivo de preocupación para las plantillas de estos retenes es el brutal recorte de personal que han sufrido, lo que supone para ellos un mayor esfuerzo para suplir la falta de efectivos, añadiendo más riesgo a su labor y un mayor estrés a un trabajo ya de por sí peligroso”. Otro elemento que han constatado los delegados de UGT son las diferencias existentes en la regulación de sus condiciones de trabajo en función del lugar en el que presten sus servicios. De ahí la reivindicación de un convenio estatal para estos trabajadores. Desde la organización sindical denuncian igualmente que los recortes llevados a cabo por las administraciones en esta materia han tenido ya “nefastas consecuencias”, que incluso se reflejan en los datos oficiales del Ministerio de Medio Ambiente. Así, entre enero y mayo se registraron 1.458 conatos e incendios forestales, casi el doble que en el mismo periodo del año anterior. “Y todo ello cuando no ha hecho más que comenzar la campaña de incendios de este año, que prevé un verano más caliente en Canarias, con episodios de tiempo sur. La tendencia es ir hacia climas más extremos, lo que provoca fuegos más virulentos”, concluyen desde el comité de empresa de Tragsa.