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García, el último hondureño blanquiazul

   
Gilberto destacaba por su gran pegada. / DA

Gilberto destacaba por su gran pegada. / DA

JOSÉ ANTONIO FELIPE | Santa Cruz de Tenerife

Juan Carlos García será el tercer jugador hondureño en la historia del CD Tenerife. El club hizo oficial en el día de ayer la cesión del jugador que llega desde el Wigan Athletic. El lateral une así su nombre al de dos históricos de su país: Ramón Primitivo Madariaga y Gilberto Yearwood.

Primitivo Madariaga es una leyenda viva en el país centroamericano. El centrocampista, junto a Gilberto, formó parte de la selección hondureña que logró clasificarse para el Mundial de España 82. Fue, seguramente, el mejor equipo que Honduras haya tenido nunca, pues entraron por la puerta grande en la cita española: siendo campeones de la CONCACAF y eliminando, entre otros, a México. Aquella proeza, que llegó a ser llevada a la gran pantalla, tuvo como protagonista al Primitivo.
Ramón Madariaga llegó al CD Tenerife en el invierno de 1983. Había abandonado el CD Motagua, club de su país en el que se había formado. En los 16 encuentros que pudo disputar solo anotó un tanto, pero dejó destellos de su calidad.

Aquellos pocos meses que el hondureño estuvo en la Isla fueron los únicos en los que compitió en Europa, pues pondría fin a su carrera en clubes de Honduras y El Salvador.

Sus mayores éxitos llegarían en los banquillos, ya que después de colgar las botas, fue seleccionador de su propio país así como de Guatemala.

Primitivo Madariaga había llegado a la Isla recomendado por Gilberto Yearwood, un central goleador -anotó ocho goles en 34 encuentros en la Isla- que supo hacer carrera en España. Gilberto era poseedor de un potentísimo disparo, algo que no solo demostró en la Isla, sino también en Elche, Valladolid y Celta de Vigo. Fue la entidad ilicitana la que lo descubrió en un torneo juvenil internacional en Túnez, y la que luego lo traspasaría al Real Valladolid.

El hondureño llegó al CD Tenerife con la vitola de jugador de carácter, líder del terreno de juego, algo necesario para un equipo que tenía en la permanencia su único objetivo. En el curso 83/84 José Ramón Fuertes comenzó como entrenador antes de que los malos resultados llevaran a su destitución. Juanjo García ocuparía su lugar, teniendo los refuerzos de Primitivo Madariaga y Boro, cedido por el Valencia al estar haciendo el servicio militar en la Isla. Un triunfo en el Insular frente a la Las Palmas (0-2) sirvió para que el Tenerife lograra mantener la categoría. Luego, curiosamente, Madariaga y Gilberto se reencontrarían en el banquillo de la selección hondureña.