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Salud positiva – Por José Juan Rivero

   

Desde el año 1948 la OMS viene definiendo la salud como: un estado completo de bienestar físico, psíquico y social, esta definición se ha ido completando e incluso uniéndola más a un aspecto centrado en nuestra vida cotidiana, a un concepto positivo que subraya el énfasis en ciertos recursos sociales y personales, así como en la propia capacidad física.

Se preguntarán, ¿por qué inicio hoy mi columna semanal con esta definición ya tan clásica y a la vez tan olvidada tanto por profesionales como por la propias administraciones que siguen jugando a potenciar aspectos de ausencia de enfermedad más que a resultados destinados a la mejora de la calidad de vida, del bienestar y en definitiva de la sensación de felicidad de las personas?

Parece, como diría el propio Nietszche que: vivimos en un eterno retorno, y que sin querer existe una tendencia de la comunidad científica en delimitar en función de no sé qué criterios aquello que se considera ciencia de lo que no, tal y como me decía ayer un amigo, en una de esas conversaciones que les suelo contar semanalmente, es como si existiera una excesiva tendencia a que todo lo que importa es cerebral o genético y que venimos tan limitaditos, que somos como pequeñas máquinas que nos desajustamos cada cierto tiempo, puesto que la madre naturaleza se combina en nosotros de una manera azarosa que no sabemos delimitar o debemos de centrar todos los esfuerzos en potenciar explicar cada pieza del puzle por separado. Y lo que es peor todavía, comenzamos a pensar que no debe de ser un esfuerzo de la ciencia, ni de la comunidad en general el centrarnos en potenciar algo tan etéreo como es la búsqueda de la felicidad o el bienestar de las personas, es decir, que ese objetivo de la salud no es importante, ya que en muchas condiciones lo que debemos potenciar es aquello que haga que nuestra vida no sea tan mala. Sin embargo, como casi siempre los caminos científicos y comunitarios se contraponen y ya en muchos ámbitos comenzamos a entender la salud como aquello que nos permite disfrutar de la vida y sobrevivir al dolor, la decepción y la tristeza. En definitiva comenzamos a observar como las personas queremos potenciar en nosotros ese concepto de salud positiva, que pone énfasis, potenciar ese sentimiento Positivo de Bienestar y creencia subyacente en uno mismo y en la propia dignidad de los demás, como promulga la definición de salud mental promovida por el Ejecutivo escocés. La pregunta es, ¿qué camino tomar?

*PSICÓLOGO Y MIEMBRO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE PSICOLOGÍA POSITIVA
@jriveroperez