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El Barça gana, pero no convence

   
El jugador argentino Leo Messi trata de internarse en el área del Apoel de Nicosia. / francesc adelantado

El jugador argentino Leo Messi trata de internarse en el área del Apoel de Nicosia. / francesc adelantado

EUROPA PRESS | Barcelona

El FC Barcelona derrotó al Apoel Nicosia en el estreno en la fase de grupos de la Liga de Campeones, un partido flojo en que no sufrió pero tampoco convenció ante la ‘a priori’ cenicienta del grupo, si bien los chipriotas se mostraron firmes atrás y únicamente cedieron en el gol de Piqué que valió los tres puntos, y es que un equipo demasiado rotado estuvo falto de ritmo y consistencia.

Fue un partido aburrido, seguramente, en que se echó en falta la chispa que se había visto al FC Barcelona de Luis Enrique, que esta vez se vio en cuenta gotas, y cada vez menores. Cierto es que no obligaba el Apoel a más, pese a algún susto fruto más de verse en los últimos minutos con 1-0 que no por la peligrosidad en sí de las jugadas de un Apeol que se irá contento con el resultado. Eso sí, Ter Stegen se tuvo que lucir a mano cambiada ya en el descuento.

La apuesta del equipo chipriota fue clara, no salir hundido del Camp Nou. De más a menos, en intensidad física y en voluntariedad de juego, no pudo poner en peligro a un Barça cómodo sobre el césped pero no de cara a portería. Con los chipriotas cada vez más encerrados, con menos espacios, les costó a los de Luis Enrique abrir el campo y crear peligro.

Entró Sandro, revolucionario en este inicio de temporada, para intentar dar aire a un equipo que parecía perderlo, así como las ideas. Seguía el Barça bien posicionado, muy bien atrás con un Piqué recuperando su mejor versión, y Bartra y Samper jugando con el temple de quien lleva diez años jugando en Liga de Campeones. Pero arriba, pese a la pólvora, no se encendía la mecha pese a que al final del partido Messi a punto estuvo de poner el 2-0. El defensa Mário Sérgio, con Urko vendido, evitó el gol.

De hecho, la suerte fue que Piqué abriera la lata ya en la primera parte. Fue el más listo de la clase para desmarcarse y rematar perfecto de cabeza, directo a gol, un centro de Leo Messi en el saque de una falta que iba de dentro hacia afuera del campo. Un gol importante, aunque insuficiente para dar tranquilidad al equipo en una segunda parte insulsa pero en la que se aferraba el Apoel a dar un susto en cualquier momento, como en una contra que acabó con disparo a las nubes.

Aunque fue el Barça quien puso más ganas, por lo menos en la primera parte. De nuevo se vio una buena conexión entre Leo Messi y Neymar

Fue una noche de debuts en Liga de Campeones, como el del portero Marc-André ter Stegen, quien además jugó su primer partido oficial como blaugrana al llegar este verano y sufrir una lesión que ya ha quedado atrás. Tuvo poco trabajo, pero lo resolvió bien y siendo clave al final en el único disparo que le hicieron.

También Samper se graduó en Champions con un buen partido, haciendo de Busquets, y dejando claro que es una posición bien guardada para años y años. Munir, de nuevo titular, tuvo menos protagonismo por los pocos espacios que dio el Apoel atrás.

Solo faltó el gol


E.P.
| Bilbao

El Athletic empezó su andadura en la presente edición de la Liga de Campeones con un empate sin goles ante el Shakhtar Donetsk en un partido de vértigo, en el que ambos equipos tuvieron ocasiones para mover el marcador y en el que a nivel global la igualada fue un resultado justo.

Los leones estaban avisados con el Shakhtar, ya que el equipo ucraniano fue el encargado de darle la ‘bienvenida’ a la Real en la pasada campaña derrotándola 0-2 en Anoeta. Los bilbaínos, que volvían a la máxima competición europea 15 años después, no querían empezar su camino en la Champions con derrota, y menos en el nuevo San Mamés, que si bien no se llenó, presentó una magnífica entrada para la ocasión.

Por todo ello, el Athletic empezó intimidando. Lo hizo en una jugada que se convirtió en un patrón para atacar la defensa ucraniana. Balón a la banda derecha para la incorporación de De Marcos, que la pone en el área en busca de Aduriz o de una segunda jugada.

Tras ese arreón inicial, el Shakhtar fue cogiéndole el pulso al partido. Los ucranianos siguen fieles al estilo de juego de los últimos años, muy verticales, con una presión intensa en la fase de generación del juego del rival y primando las transiciones ofensivas a toda velocidad.

Los segundos 45 minutos fueron sin centro del campo, de ataques cortos y vertiginosos por parte de ambos conjuntos. E igualados. Con efectos de acción-reacción constantes. Solo faltó el gol en San Mamés.