X
cd tenerife >

Solo cambió el resultado

   
El jugador vasco volvió a hacer un buen partido / SERGIO MÉNDEZ

El jugador vasco volvió a hacer un buen partido / SERGIO MÉNDEZ

MARTÍN-TRAVIESO | Santa Cruz de Tenerife

El CD Tenerife logró en la noche de ayer la primera victoria de la temporada. Los tres puntos fue lo único positivo que obtuvieron los blanquiazules. De resto, el juego de los locales deja en la hinchada birria un profundo pozo de preocupación. Lejos de mejorar sus actuaciones pasadas, el cuadro de Cervera empeoró en todas las facetas. Se salvó porque delante se encontró con un equipo aún mucho peor a estas alturas de la competición, el CD Mirandés. Y ya se sabe lo que pasa en estas ocasiones: el tuerto es el rey en el país de los ciegos. Guarrotxena marcó en el minuto seis y en los restantes 84 minutos, los locales y los visitantes jugaron a algo que no se puede llamar fútbol.

De entrada, el preparador ecuatoguineano dejó sentado en el banquillo a Aridane Santana, por decisión técnica, y a Raúl Cámara, por lesión. Entraron Hugo Álvarez, que jugó en el sitio del sancionado Carlos Ruiz, y el Ruso García.

La primera parte no merece extenderse demasiado en ella. Resultó un bodrio carente de atractivo y de entretenimiento. Y eso que el conjunto local saltó al terreno de juego con intensidad. Los costados blanquiazules sirvieron un par de envíos que no fueron rematados con acierto.

Ellos tampoco parecían tan malos como dice la clasificación. Jacobo tuvo que atajar un disparo cuando solo habían consumido tres minutos del cronómetro.
Lo mejor del primer acto llegó a los seis minutos de juego. Aitor Sanz peleó y persiguió un balón que al final se lo robó a un defensa. Cometió falta en esa acción el mediocentro blanquiazul, pero el colegido no lo consideró así. Sanz aprovechó el regalo y centró al corazón del área rival. Guarrotxena no dejó pasar la oportunidad y marcó su primer gol con la camiseta del Tenerife. Por fin el Tenerife se ponía por delante en el marcador en un partido.

Desde ese momento y hasta el minuto 46, que fue cuando el colegiado de la contienda decretó el final de la primera parte, no pasó casi nada importante. O sea, que pasaron 40 minutos de puro aburrimiento futbolístico.

Solo digno de mención fue el mano a mano que el Ruso García tuvo en el minuto 22 ante el portero exblanquiazul Razak Brimah. Estuvo acertado el meta del cuadro de Anduva, pues desvió con sus pies el disparo final del delantero argentino, titular ayer en detrimento de Aridane.

También hay que destacar la sustitución por lesión de Ricardo, quien tuvo que abandonar el campo, entrando al verde Vitolo. Eso sucedió en el minuto 34. Después de eso, poco más que contar de un partido que los aficionados solo recordarán por lo terriblemente malo y dañino que fue para la vista.

Imprecisiones y juego espeso

La segunda parte no fue mejor. Todo lo contrario. Empeoró el Tenerife y no supo sacar partido a esta circunstancia un limitadísimo Mirandés, que está pagando todo el jaleo en el que se vio envuelto durante el verano. Al Tenerife le gustaba, y mucho, la situación del marcador, por lo que no apretó el acelerador. Tampoco sabía como hacerlo. Su rival igual. Por eso los segundo 45 minutos fueron pésimos, un espectáculo lamentable para los amantes del deporte rey. Las oportunidades desaparecieron en ambas porterías. Algo positivo: Jacobo logró mantener su portería a cero por primera vez en la temporada. Los minutos fueron acumulándose y el partido se llenó de imprecisiones en ambas orillas, a la par que el juego era lento por las continuas interrupciones. Ni siquiera los cambios de Cervera modificaron el decorado del enfrentamiento. Aridane no mejoró a un Ruso García que sigue siendo más peleón que resolutivo, teniendo en cuenta la clara ocasión que desaprovechó en el minuto 22. El último cambio fue el de Cristo por un gris y apagado Dávila, al que le queda mucho que trabajar para ser de verdad la piedra angular de este proyecto. Cristo en los minutos que disputó, entró más en juego que el mexicano. y con este tedio pasó el tiempo y el colegiado pitó el final, concluyendo un suplicio de partido.

Pitos y aplausos a partes iguales para Aridane Santana.

Minuto 56 de partido. El Tenerife iba por delante en el marcador gracias al gol de Guarrotxena, pero estaba atascado en muchos aspectos del juego, especialmente en el ofensivo. Álvaro Cervera decide hacer un cambio para solucionarlo y saca del campo al delantero argentino Ruso García para meter a Aridane. Justamente cuando se produce el típico saludo entre el futbolista saliente y el entrante, un numeroso sector de la afición local empieza a silbar al delantero grancanario, mientras que otra parte de la hinchada aplaude al punta. Así se evidenció, una vez más, la relación de amor y odio que mantiene la afición blanquiazul con este jugador, querido y criticado a partes iguales. Su entrenador también está perdiendo la confianza en él, si atendemos a que ayer ya no entró en la alineación titular. El desarrollo de su trabajo en el campo le otorgó más la razón a los que le pitan que a los que le defienden. Quizás los pitos le pasaron factura. / sergio méndez