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Los comedores también son para el verano

   
Los comedores escolares de verano y el Plan de Inmersión Lingüística finalizaron el pasado viernes. / F. PALLERO

Los comedores escolares de verano y el Plan de Inmersión Lingüística finalizaron el pasado viernes. / F. PALLERO

DIEGO DOMÍNGUEZ | Santa Cruz de Tenerife

El novedoso Plan de Inmersión Lingüística puesto en marcha el año pasado por el Gobierno de Canarias, ha vuelto a permitir que más de 5.000 menores isleños, muchos de ellos en riesgo de exclusión social, disfruten de actividades deportivas, clases de inglés y el almuerzo en los centros escolares del Archipiélago. La iniciativa, dirigida a alumnos de Infantil y Primaria, se desarrolló con éxito entre el 1 de julio y el pasado viernes 29 de agosto, aunque hubo un notable descenso de menores inscritos.

La Consejería de Educación del Ejecutivo autonómico, que dirige José Miguel Pérez, decidió incrementar la dotación para el proyecto en el presente ejercicio, tras el positivo balance de la edición de 2013, en la que trabajaron 324 personas, entre monitores y coordinadores, y participó un total de 6.221 niños.

Desde la Administración regional se planteó para la actividad de 2014 la mejora de los servicios ofertados el año pasado y para ello añadieron monitores de Educación Física y personal formado para la atención del alumnado con dificultades especiales. También se facilitó la matrícula, manteniéndose la posibilidad de acudir al comedor durante julio y agosto, en ambos meses o solo en uno de ellos.

Uno de los centros con más asistencia fue el Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Ofra-Vistabella de la capital tinerfeña, cuyas actividades de verano contaron con una asistencia media de entre 30 y 35 niños. El secretario del centro, José Luis Cabrera García, indicó durante una visita de este periódico, que “en principio había 43 niños apuntados, pero en julio acudieron una media de 40, y en agosto asistieron de 21 a 25 menores cada día”. “La medida está muy bien para aquellas personas que tienen dificultades”, aseguró Cabrera, en relación al servicio de comedor que ofrece el citado Plan de Inmersión Lingüística.

Mientras que en el patio del centro los niños disfrutaban de un refrescante baño en la piscina junto a sus monitores, el personal del comedor dejaba todo listo para el almuerzo. En el caso del CEIP Ofra Vistabella, dos auxiliares, Ana Julia Hernández y José Aday Morales, se encargaban de los alimentos de los chicos. Ambos comentaron al DIARIO el buen funcionamiento de la actividad y el “ejemplar” comportamiento de los niños durante todo el verano. Además, señalaron el “buen trato” del catering a los pequeños, ya que junto al almuerzo se les ofrecía el desayuno o la merienda. Entre las comidas que se repartieron en el centro público durante la actividad había varios menús: sin gluten, sin lactosa, hipocalórico o el genérico, sin particularidades.

Cabrera manifestó el deseo de la institución de que “los colegios roten, ya que sería bueno que en próximas ediciones otros colegios conozcan también el funcionamiento del plan”. En este sentido, la iniciativa del Gobierno autonómico habilitó este verano 153 centros escolares, 61 de ellos en Tenerife.

El Ejecutivo canario esperaba un máximo de 11.500 niños para la segunda edición de la iniciativa, aunque a inicios del pasado mes de junio tan solo 5.000 se habían matriculado en el mencionado programa. “Estamos ante una situación que para muchas familias canarias es de extrema dificultad”, señaló José Miguel Pérez en un encuentro con los medios a finales de junio. La iniciativa se dirige a niños de familias en riesgo de exclusión social, matriculados en centros públicos de Infantil y Primaria, por lo que para acceder al plan se debían cumplir una serie de requisitos relacionados con el nivel socioeconómico familiar.

Deportes, películas y clases de inglés

De lunes a viernes, desde las 11.00 a las 13.00 horas, los niños de los centros adscritos al Plan de Inmersión Lingüística disfrutaron de actividades deportivas y clases de inglés, y de 13.00 a 14.00 horas hicieron uso del servicio de comedor. En el CEIP Ofra Vistabella, los monitores del plan, Karlos Manrike, Desireé Sabina y Leticia Hernández, explicaron al DIARIO las distintas actividades realizadas. “Hemos hecho distintos deportes y además varias fiestas del agua, de disfraces, de Carnaval, etc”, mencionaron. En cuanto a las clases de idiomas, el equipo de este centro señaló que “han sido actividades orientadas para cada nivel y cada grupo. Hemos intentado que los pequeños aprendan frases hechas y vocabulario, y para los mayores hemos querido que fuera como un apoyo a la educación reglada; todo muy lúdico”. Los protagonistas de la iniciativa, los niños, se mostraron muy contentos con las actividades y las comidas del comedor. Un grupo de ellos, integrado por Leyla, Aníbal, Dayana, Killian y Airan, aseguró durante la sobremesa que la comida estaba “muy rica” y que las actividades eran “muy divertidas”.

La cifra de inscritos se reduce en esta edición

Aunque habrá que esperar para conocer los datos oficiales de esta segunda edición del Plan de Inmersión Lingüística, desde la Consejería de Educación calculan que el número de niños y niñas participantes ha descendido ligeramente respecto a los más de 6.000 inscritos en 2013.
El secretario del Colegio de Enseñanza Infantil y Primaria de Ofra-Vistabella, José Luis Cabrera García, comentó que “el año pasado había muchos más niños” y que la medida no había cumplido, al menos en el centro santacrucero, con las expectativas previstas por la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, que aspiraba a un incremento de casi el doble de niños respecto a 2013.
Por el contrario, el personal de monitores y coordinadores aumentó, pero no así el de centros. El número de personas que atendieron a los niños ascendió a 366 este año, 42 más que el ejercicio pasado. Desde la Consejería esperaban que los talleres tuvieran una ratio de 15 estudiantes por monitor. Para la iniciativa, la administración destinó un presupuesto de 1,5 millones.