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El ‘negocio’ de los libros de texto – Por María Fresno

   

La próxima semana comienza el nuevo curso escolar 2014-2015, y mientras los niños (algunos con desespero) cuentan los días para el reencuentro, los padres no paramos de hacer números. Libros, material escolar, uniformes y clases extraescolares se cuelan en la lista de gastos de las familias provocando un auténtico tsunami económico en el hogar, justo después de las vacaciones. El desembolso por hijo en esta época del año oscila entorno a los 300 euros, solo en libros y material escolar. Una cifra que se convierte en insostenible si en la familia hay más de un hijo y alguno en edad universitaria. Las editoriales hacen su negocio. Los padres pagan. Y los centros escolares actúan de cómplices de un sistema educativo que es absolutamente infiel con sus usuarios, por ejemplo, cambiando los libros de texto para que los hermanos no puedan utilizarlos. En Europa y Estados Unidos, donde los resultados académicos son infinitamente mejores que en España, y no digamos ya que en Canarias, los libros de texto son del centro escolar. Las familias solo tienen que adquirir el material. La parte pedagógica de este sistema se centra en que se le enseña al alumno a cuidar y respetar un material que no es suyo y que utilizaran los que vengan detrás, sin contar por supuesto el ahorro económico de esta medida. Aquí, en las Islas, en pleno augue de las nuevas tecnologías, los niños siguen yendo a clase cargados con mochilas de libros, diccionarios y material escolar que a lo largo del curso a penas le dan rentabilidad. En la era digital, lo lógico sería implantar una fórmula mediante la cual los centros alquilen ebooks donde los alumnos almacenen los libros de texto de todos los cursos y hacer los ejercicios en libretas o folios.

En este caso, las editoriales seguirían cobrando por las descargas, pero es cierto que no habría negocio. Y es que con la educación no se debe hacer negocio. La rentabilidad del sistema educativo tiene que estar en la formación del alumno, con el objetivo de crear talento y conseguir que, una vez formado, ese talento se quede en las Islas. Y esto nada tiene que ver con los cambios anuales de libros de texto o con nuevas libretas y bolígrafos. En Europa, donde la mayor parte de la educación es pública, apenas se utilizan libros y no hace falta mirar los resultados. En España los niños se escolarizan antes, tienen más tarea, más horas de clase y menos deporte. Empiezan a leer primero y tienen más vacaciones. Y, claro, los padres pagamos más.

@MariaFresno72