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Los policías resaltan la frialdad del asesino confeso de Los Gladiolos

   
El acusado, de espaldas durante el juicio. / ANDRÉS GUTIÉRREZ

El acusado, de espaldas durante el juicio. / ANDRÉS GUTIÉRREZ

T. F. | Santa Cruz de Tenerife

Sin sorpresas en la segunda jornada del juicio con tribunal de jurado popular que se celebra esta semana en la Audiencia provincial de Santa Cruz de Tenerife por la violenta muerte de Guacimara, una madre a la que su expareja apuñaló hasta en trece ocasiones delante de sus propios hijos en una tristísima mañana de febrero del año pasado.

Poco le ha durado a José Miguel, que ya en la primera jornada se presentó ante la Sala como asesino confeso, su intención de conjugar el agravante del parentesco con un supuesto trastorno mental que los especialistas que testificaron descartaron. Fue tal la evidencia que, a la hora de elevar sus conclusiones, el abogado de la defensa (Carlos Pérez Godiño, que llegó a referirse a su representado con términos como “indeseable”) retiró su inicial pretensión de demostrar la enajenación y elevó su solicitud de pena de los 15 años iniciales a 17 y medio. Por su parte, tanto la Fiscalía como las distintas acusaciones particulares mantuvieron su petición de hasta 25 años de prisión, la máxima prevista en nuestro ordenamiento jurídico para estos caso.

Para que los miembros del tribunal de jurado popular opten por esta opción cuando hoy tengan que responder al objeto de veredicto (una suerte de cuestionario que les entrega el magistrado) deberán considerar que en este asesinato, del que ya está más que demostrada su alevosía (a traición), hubo ensañamiento.
A buen seguro que la presentación ayer de la autopsia dio alas a esta posibilidad, ya que los forenses detallaron cómo Guacimara recibió hasta trece cuchilladas cuando la primera de todas, hasta la empuñadura, ya fue mortal de necesidad.

Mientras el abogado defensor centró su tarea en explicar que difícilmente hay ensañamiento si la muerte llega a la víctima casi instantáneamente (circunstancia difícil de aclarar en un caso como este, aunque la víctima estaba viva cuando su madre acudió a sus gritos de socorro), las acusaciones ofrecieron todo tipo de argumentos a favor. A este respecto, el representante de la familia de Guacimara, el penalista lagunero Jesús Arencibia, hizo hincapié en el dolor innecesario causado a Guacimara en un crimen con sus dos pequeños hijos delante.

Por último, es menester destacar las declaraciones efectuadas por efectivos del Cuerpo Nacional de Policía actuantes. El jefe de Homicidios resaltó la frialdad de este asesino en un crimen que considera claramente programado en todos sus detalles. Sirva el detalle sobre el cuchillo que utilizó José Miguel: según los funcionarios, es de los llamados de estilo militar, y son mucho más lesivos que los demás.