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CSI.F receta la auditoría externa como antídoto a la corrupción

   
Miguel Borra, ayer en la sede de CSI.F en Santa Cruz de Tenerife. / DA

Miguel Borra, ayer en la sede de CSI.F en Santa Cruz de Tenerife. / DA

DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife

No todos son “lo mismo” y algunos ni siquiera se parecen entre sí. Pero la ciudadanía ha reaccionado a los escandalosos casos de corrupción lanzando huevos podridos, sin hacer grandes distingos, contra lo que algunos denominan “clase política” y otros, simplemente “casta”.

Eso sí, se va imponiendo el razonamiento de que ha llegado el momento de que los inocentes dejen de sentirse culpables y se sumen a la mayoría silenciosa que grita de indignación. Una de esas personas con responsabilidades públicas que claman al cielo con los pies en el suelo para que no paguen justos por pecadores es Miguel Borra, el presidente nacional de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI.F), que ayer visitó a sus compañeros de Tenerife.

“[El lunes] fue otro día aciago para la sociedad española”, se lamentó. Borra reiteró el llamamiento a los grupos parlamentarios para que la regeneración democrática alcance de lleno a los sindicatos y que no se quede en los partidos. De esta manera, argumenta, CSI.F “competiría en igualdad de condiciones con Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores”. A su entender, existe un desequilibrio entre el sector público y el privado en lo que respecta a la representación. “El número de delegados [en el segundo] está sobredimensionado”, enfatizó Borra. Como quiera que “la gente demanda otro modo de hacer sindicalismo”, la organización mayoritaria en el ámbito de las administraciones se abre camino en el espacio de la empresa privada. A sus dirigentes no se les escapa que para estar en todos los foros de negociación es preciso conseguir el 10%.

En este desconcertante escenario de cambio, Borra escribe al dictado del “sentir de una sociedad que exige gobernantes y cargos sindicales o empresariales que estén a la altura de sus preocupaciones e inquietudes cotidianas”. Desde su punto de vista, “todo este tipo de actuaciones juegan muy en contra de la valoración que tienen los ciudadanos de la vida política”.

Ante esta explosiva situación, CSI.F considera que no es necesario inventar la pólvora. “Hace dos años realizamos la primera auditoría externa y completa”, resaltó Miguel Borra. “Nos adelantamos varios ejercicios a la ley de transparencia. Nuestras cuentas, las globales de toda España, están supervisadas por un auditor externo que las firma y da su conformidad. Desde aquí invitamos a los partidos y a los demás sindicatos a que lo prueben”. En virtud de ello, “cualquiera puede descubrir lo que recaudamos de cuota o de subvenciones y en qué nos gastamos el dinero”. En cuanto a la aportación de los afiliados, detalló, “ingresamos bastante más dinero que el PP y el PSOE”. Definitivamente, Borra cree que ese es un paso firme en la buena dirección: “¡Qué mejor ejercicio de transparencia que encargar una auditoría y publicar los resultados en la web!”.

Los presupuestos
Reconciliación. El sindicato CSI.F insta al Gobierno a que modifique los presupuestos generales del Estado de 2015 durante su tramitación “si quiere reconciliarse con los empleados públicos”. Miguel Borra ha solicitado al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, “que pase de las palabras a los hechos y que, si desea poner fin a los recortes, devuelva íntegramente la paga extra que se suprimió en 2012. También propone incrementos retributivos que descongelen los salarios y que se cubran las plazas del personal que se jubila. En su opinión, el proyecto es “insuficiente e injusto”, porque impide que los empleados públicos se suban al carro de la recuperación económica.

Congelación. “Llevamos cinco años de congelación salarial”, recuerda Borra. Aparte del efecto sobre los bolsillos, el presidente de CSI.F se queja de que Montoro cierre la puerta a que las corporaciones financieramente estables pacten con sus empleados una revisión acorde con las circunstancias particulares.

Tasa de reposición. La tasa de reposición del 50% es una “falacia”, según CSI.F, porque en términos generales supone el 0%. “Solo en servicios esenciales, como la sanidad, la educación y la policía, se suplen las bajas laborales, relativamente”, argumenta Miguel Borra.