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Editorial sobre la activación del protocolo de ébola en Tenerife

   

Tranquilidad fue una de las palabras que más repitieron ayer los responsables de la Sanidad en las Islas desde que se dio a conocer un posible caso de ébola en Tenerife. Y a esa consigna nos sumamos en DIARIO DE AVISOS, lo que no significa que desde el rigor informativo no aspiremos a dar a conocer los detalles de una noticia de interés general, pero sin la ambición de provocar una alarma innecesaria entre la ciudadanía. La experiencia del caso de Teresa Romero en Madrid demuestra que las autoridades deben ser muy transparentes para evitar rumores y falsas informaciones. En esta ocasión la Consejería de Sanidad trasladó todos los datos disponibles; eso sí, respetando el deseo del posible afectado de que no se revelara su identidad. No obstante, incluso antes de la rueda de prensa ofrecida por las autoridades, los medios ya sabíamos por distintas fuentes que se trataba de un enfermero que trabajó en un hospital de Cruz Roja en Sierra Leona atendiendo, precisamente, a enfermos de ébola. Con esos datos dar a conocer su nombre y apellidos y hasta una fotografía con su rostro es una labor muy sencilla, pero en esta Casa consideramos innecesario dar ese paso en la identificación del paciente. Por él, por su familia. Más allá de quién es el posible afectado, los especialistas insisten en la complejidad de que se extienda en una país desarrollado una enfermedad que en el vecino continente ha causado miles de muertes. Se confirme o no si estamos ante el primer caso de ébola en las Islas, lo crucial es que unos y otros seamos responsables a la hora de mantener la calma y enviar un mensaje de tranquilidad a la población.