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Desde la Óptica >

Pecar de novatos – Por Javier Rabanal

   

Antes de empezar, he de confesar que no presencié el partido completo. Estaba viendo el otro fútbol, ese que también existe pero que muy poca gente quiere ver, el regional. Desde la grada del Anexo al Francisco Peraza, mientras veía al equipo de mi amigo y ex del Tenerife Yeray Romero, nos enteramos del penalti a favor de Osasuna y del gol. El error fue pensar que era el 1-0, “no no, que íbamos ganando”. Sorpresa.

La segunda parte se anima y ya en el sofá de casa veo a un Tenerife con alguna que otra llegada y ocasiones ante un Osasuna que juega con muchas urgencias, sin orden. Penalti a favor del Tenerife. “Clarísimo”, exclaman los comentaristas. No es, como parece que tampoco fue el del equipo local. Es fácil arbitrar en las repeticiones de la televisión, lo difícil es hacerlo a pie de campo en menos de un segundo. Gol y ventaja. Galones para Vitolo, que con su celebración pide unidad. En el fútbol nada se puede predecir. Equipos como el Barcelona o el Bayern de Guardiola se han visto pocos. Cuando te marcan, te abren, y cuando te abren, te golean. De resto poco más ha seguido un guión en el fútbol actual. El narrador e Iván Bonales parecen coincidir en que a Osasuna no se le ve capacidad ni para marcar ni para asustar. Disiente Molina, que es el que pone la cordura y resta el populismo.

Gol de Osasuna. La bola de cristal se ha roto y aún así, sin llegar al minuto 90, se hace un análisis de lo bien que lo ha hecho el conjunto patrio y de lo positivo que es este punto.

Moyano no calcula, Roberto no anda rápido y Kodro (cualquier parecido con el pasado de su ascendencia puede ser fruto de la casualidad) marca. Derrota por 3-2 y todo lo celebrado o analizado carece de sentido. Pecamos de novatos (menos Molina claro). El veterano recuerda al final del partido lo mucho que le gustan los dulces y eso me transporta a mi corta etapa en Los Llanos con el Tigre Barrios. ¡Qué tiempos! Nos espera una semana convulsa. ¿Hay ultimátum? Ni lo sé, ni creo que nos beneficie. Semana de hablar de basura acerca de especulaciones de conflictos sin confirmar en el vestuario. Semana de recabar declaraciones insípidas del estilo “estamos a muerte con el entrenador” que, si hay cambio, darán paso venga quien venga a otras del tono “el nuevo entrenador ha traído aire fresco al vestuario”. Ley del fútbol. Sálvese quién pueda. Pase lo que pase el próximo fin de semana, espero que no se destruya todo lo que ha aportado este entrenador al club y que la gente que lo ayuda tenga continuidad dentro del organigrama.

Lo sabremos en algo menos de siete días. El rival no es el más adecuado, pero con los filiales nunca se sabe, por lo menos no viene Pep Guardiola.