X
YO, TÚ, ELLA >

“Me han llegado a llamar la terapeuta de la moda”

   
La trayectoria profesional de Raquel Jatiya se inició en el mundo del diseño gráfico. / CLAUDIA MAJANO

La trayectoria profesional de Raquel Jatiya se inició en el mundo del diseño gráfico. / CLAUDIA MAJANO

VERÓNICA MARTÍN | Santa Cruz de Tenerife

Cuando entrevistas a una estilista o a una personal shopper te pasa como cuando estás cerca de un dentista. Siempre piensas que tu sonrisa es un desastre. Pues eso, pasarte la entrevista pensando que tu estilo es mejorable supone un nivel de estrés innecesario que hay que superar. Una vez abandonado el miedo inicial, es fácil entender por qué en un mundo como el nuestro estas nuevas profesiones van prosperando y se van quitando el halo de triviales. Todos necesitamos mostrarnos y vendernos. Nuestro escaparate somos nosotros mismos y eso que llaman marca personal está muy aparejado a cómo nos mostramos. Raquel Jatiya se dedica profesionalmente a esto. Si esperan de ella a una marisabidilla que solo te va a decir lo mal que estás vestida, se equivocan. Una sonrisa de oreja a oreja le suele acompañar y sus consejos son siempre muy empáticos. Forma parte del equipo Fulbrand de marca personal y nos da algunas claves para mejorar ese escaparate que somos nosotros mismos.

-¿Por qué se dedica a esto?
“Gracias a la crisis, soy una de las personas que ha vuelto a reconstruirse. Vengo del diseño gráfico y, como mucha gente, en 2008 me quedé en paro. Entonces, me fui a Madrid a estudiar asesoría de imagen y me dije a mi misma que era una gran oportunidad. Es un trabajo que me llena porque cada día es algo diferente, un reto que es igual de creativo que el diseño porque hay que atender a los gustos personales de cada cliente sin olvidar que la imagen es la tarjeta de visita de todo profesional, antes incluso de que empecemos a hablar”.

-¿Hay una burbuja de las personal shopper?
“Sí, igual que en el mundo del diseño gráfico, mucha gente se lanzó a esta profesión. Pero no es algo tan sencillo, hay que hacer informes, tener conocimientos en base a todo lo que conlleva una asesoría de este tipo, mantener la confidencialidad con el cliente y no imponer”.

-¿Hay que ser muy empático?
“Tienes que tener una serie de actitudes personales. No todo el mundo puede serlo. Hay que tener en cuenta que cuando un cliente se acerca a tu empresa, te vas a meter en su armario, le vas a sacar fotografías… y hay que trabajar aspectos como la autoestima, porque si no estás segura de ti misma, no vas a reflejar lo que eres”.

-Un poco psicóloga de la moda…
“Me han llegado a llamar terapeuta de la moda. Tengo clientas que han estado yendo al psicólogo durante 10 años y yo las he ayudado a escucharse y a encontrarse a sí mismas, a unificar el ser exterior con el interior y a reflejarlo. Eso sí, una asesora de imagen nunca se tiene que notar que lo es. Por eso, los cambios de imagen que hago suelen ser progresivos”.

-¿Somos lo que aparentamos?
“Eso de que la imagen es el espejo del alma no es tan verdad. Puedes ver a una persona espectacularmente vestida y le haces una pregunta y no refleja lo que aparenta. Hay que tener una coherencia de todos los elementos. La imagen personal es una actitud de vida. Tengo ejemplos demoledores porque alguien puede ir de alta costura y con una actitud desaliñada o vestir de low-cost y tener un aspecto positivo y con un buen lenguaje no verbal imponente, de manera que aparente que lleva encima 5.000 euros en ropa. El estilo no va vinculado al precio de lo que lleves puesto, por eso mi marca se llama Shoping sensato”.

-¿Cuales son los trucos esenciales?
“Tener un buen fondo de armario adaptado a tu día a día, a tus características profesionales y personales. Y tras esto, añadir muchos complementos tanto en mujeres como en hombres: un buen maquillaje, uñas cuidadas… Siempre aconsejo invertir dinero en la persona más que en la ropa, porque la indumentaria va pasando pero un buen tratamiento de piel o cabello es más importante que la propia ropa”.

-Cuando se habla de fondo de armario, suena a pantalón negro básico… ¿Es así?
“Sí y americana…, una falda básica. Siempre siempre hay que adaptarse a la silueta de la persona. Por eso hacemos un estudio morfológico y de colores. Una cosa que ocurre cuando se entra en un armario es que hay prendas que se consideraban que solo son para bautizos y comuniones y se retornan para el uso en el día a día”.

-Hay un sector complejo que son las mujeres ejecutivas que ya no quieren masculinizarse ni ponerse el traje y chaqueta… ¿Qué les diría?
“Que podemos ser algo extravagantes, no está reñido con la profesionalidad. Una mujer empresaria tiene que optimizar el tiempo y el dinero y garantizar unos resultados: estar bien vestida y atractiva sin lugar a malinterpretaciones y que sea ella misma en cada reto que se le proponga”.

-¿Qué aporta la vestimenta a eso que llaman ahora imagen y marca personal?
“En los primeros 20 segundos en los que se conoce a una persona se establece un primer juicio de valor. Si es positivo, la relación será positiva. Por eso es importante que la vestimenta refleje todo tu ser”.

-¿Cuáles son los mayores errores que solemos cometer?
“Vestirnos como un árbol de Navidad; mezclar mucho. Soy de las que cree que menos es más. Otro error es querer siempre llevar la tendencia o la moda porque a lo mejor no van acorde con tu estilo. Lo mismo pasa con los colores de moda. Está demostrado que se utiliza solo el 20% del armario, el resto está infrautilizado. Por eso yo propongo ir de shoping a tu propio armario. Tengo una clienta que se fue de vacaciones con el dinero que calculó que se había ahorrado tras el asesoramiento de imagen. Cuando contratas a un profesional, no vas a comprar cada vez que te da un impulso y ese dinero lo destinas a otras cosas más importantes como ir a la peluquería o a darte un masaje”.

-Una pregunta con un interés muy personal ¿Qué pueden hacer las mujeres de 40 con su ropa? Es un momento de cambio complejo…
“Existe una etapa en la que hay que revisar armario. En general, cuando se producen cambios radicales de tu vida: cuando te divorcias, cuando viene la menopausia… En esos momentos es importante cambiar de armario. Tengo muchas personas que yo clasifico como ancladas al campus. Es decir, mujeres que siguen vistiendo tal y como lo hacían cuando estaban en la universidad”.

-Usted trabaja en equipo y colabora, también, con médicos estéticos y endocrinos. ¿Por qué?
“Colaboramos porque, muchas veces, una persona que se pone a dieta ha hecho un esfuerzo enorme, pero cuando baja de peso aún se sigue viendo mal porque se viste igual que antes. Ahí entra mi trabajo”.

-Debe ser una labor que le da muchas satisfacciones…
“Sí. La gente se siente feliz porque se encuentra a sí misma y les veo triunfar gracias a mi aportación”.

- ¿La marca personal se puede plantear o construir?
“La marca personal puede ayudarte a mejorar. Puedes ser un buen profesional pero algunos cambios en este sentido pueden hacer que esa persona se vuelva más visible y que esté en el lugar que le corresponde. La parte estética es un ingrediente más”.

-¿Qué aportación hace al proyecto Fulbrand de Imagen Personal?
“Somos seis mujeres en equipo global y muchos componente externos. Es un proyecto innovador y necesario en Canarias, donde nunca se ha trabajado la marca personal como algo global y siempre se ha visto como algo frívolo. Nosotras lo enmarcamos desde una asistencia estética a la presencia en las redes sociales hasta cómo se presentan los proyectos. Este producto tiene un perfil de cliente enfocado a empresarios, directivos, políticos…”.