DIARIO DE AVISOS | Santa Cruz de Tenerife
Álvaro Cervera se quitó ayer un problema de encima. El club llegó a un acuerdo de desvinculación de Cristian Ruso García, quien se atrevió a cuestionar la manera de jugar y los jugadores que empleaba su ya expreparador. Esas declaraciones fueron el punto y final de la relación de delantero y entrenador, quien reconoció luego públicamente que el jugador ya no tendría más opciones de jugar.
Así fue. Desde que dijo lo que dijo, Ruso ni siquiera ha pisado una convocatoria, por lo que no le quedó otro remedio que abandonar la Isla, perdonando dinero eso sí. El club le paga hasta el 31 de enero y se ahorra el resto del contrato de este jugador, que llegó el pasado verano a la disciplina blanquiazul.
Eso sí, el ariete se marchó matando. En los micrófonos de Radio Marca Tenerife acribilló a Cervera, se despachó a gusto. A su juicio, Cervera “mancha la imagen del club”. “A mí no me afecta nada porque yo me iré a jugar a otro lado, pero el Tenerife seguirá llamándose Tenerife y que esta gente ensucie su imagen es una faena”, insistió el jugador, quien también quiso explicar sus declaraciones, de las que no se arrepiente. “¿Cómo me voy a arrepentir de lo que dije si, en cuanto hizo lo que dije, el equipo sacó siete puntos de nueve? No me puedo arrepentir porque, en cuanto dije los jugadores que tenían que jugar, los puso y se ganó de local, de visitante y se empató ahora. Fue simplemente una crítica constructiva. Yo no he hecho nada. Simplemente opiné en lo personal, pero el entrenador no supo diferenciar. Cuando hay gente que va a ver quién tiene más huevos, pues te echan. Ellos son los putos amos de todo y me la como yo. Ahora me desvinculan a mí y en diciembre quiero ver que van a hacer ellos, porque se las trae”, dijo.
Además aseguró que no se considera un jugador conflictivo: “No me gusta andar peleando con nadie. Me gusta la paz, divertirme y disfrutar del día a día. ¿Para qué iba a andar buscando conflicto, si no gano nada? No es lo mío armar líos, pero haciendo las cosas de esta manera no creo que les vaya bien”.
Aseguró que se marcha fastidiado porque “no pude demostrar lo que puedo dar y, sobre todo, demostrarle a la gente que un jugador se debe al club”, pero entiende que “para pasarlo mal en un lugar tan lindo como esta isla, para eso me voy a casa”.
El jugador argentino también expresó su agradecimiento a quienes lo apoyaron, sus compañeros, y dice irse “con la cabeza muy alta” y perdonando “seis o siete meses sin cobrar”.