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El PSOE canario reconoce que el Gobierno regional está “en el aire”

   
José Miguel Pérez y Paulino Rivero, en el banco azul del Parlamento. Detrás, José Miguel Ruano (CC). | S. M.

José Miguel Pérez y Paulino Rivero, en el banco azul del Parlamento. Detrás, José Miguel Ruano (CC). | S. M.

DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife

La Ejecutiva del PSOE canario se encuentra entre la espada de Pedro Sánchez y la pared agrietada de CC. “El Gobierno [regional] está en el aire”, reconoció ayer Julio Cruz en un corrillo con periodistas a medio camino entre el salón de plenos y su despacho de vicepresidente del Parlamento. “La situación la veo muy grave”, comentó en voz baja el secretario de Organización después de que Coalición Canaria convocara de urgencia la mesa de seguimiento del pacto.

Bajo el peso de la incertidumbre en torno a la resolución del conflicto palmero, el órgano que vigila el cumplimiento de los acuerdos analiza el enredo esta misma tarde -previsiblemente, en la sede del Legislativo-, con el riesgo de ruptura del Ejecutivo en un horizonte que, siendo razonables, se proyectaría más allá de la aprobación, el 17 de diciembre, de los presupuestos de la Comunidad Autónoma. Quizá sea este el motivo principal por el que la federal esté mareando la perdiz y haya aplazado la notificación de su decisión de readmitir a los militantes de La Palma expulsados hace ahora un año por compartir con el PP responsabilidades de gestión en el Cabildo de La Palma.

Es evidente que el escenario ha cambiado; en primer lugar, porque se ha producido un relevo en la dirección federal del PSOE que no es meramente protocolario. De hecho, en la campaña para la elección del secretario general, Pedro Sánchez garantizó a Anselmo Pestana que buscaría una salida al callejón. Aunque una vez en el cargo ratificó la medida disciplinaria adoptada por el equipo de Alfredo Pérez Rubalcaba, el proceso de primarias en Canarias dio alas a los disidentes. Tanto Gustavo Matos como la ganadora de la votación, Patricia Hernández, hicieron causa común, una acción de fuerza que ha empujado a José Miguel Pérez al abismo. De momento, mantiene el equilibrio sobre el alambre. Sin embargo, la presión que ejerce Hernández está debilitando su capacidad de resistencia. Por de pronto, los líderes insulares han estampado un documento que aparenta moción de censura.

En tales circunstancias, la dimisión planteada por el máximo dirigente del PSOE en el Archipiélago barrunta la quiebra del bipartito que encabeza Paulino Rivero. “Hemos firmado un pacto y, si no lo respetamos, estamos desvirtuando la confianza”, recalcó Julio Cruz con gesto desencajado. Sus movimientos faciales transmitían un mensaje de disconformidad elevada a la categoría de cabreo reprimido. “La situación es tensa con Coalición Canaria y, desde luego, dentro del PSOE”, resumió.

Previamente, el secretario de Organización de CC, José Miguel Ruano, quiso huir del tremendismo. “Está claro que [el indulto a los socialistas palmeros] sería un incumplimiento”. No obstante, abrió el paraguas de la prudencia para no mojarse. A propósito de las drásticas consecuencias de la tormenta, el presidente del Grupo Nacionalista se limitó a pronosticar una borrasca con truenos pero sin aparato eléctrico. Eso sí, alertó de que los nubarrones de recelo no favorecen el entendimiento “ni ahora ni en el futuro”.

Fingen “tranquilidad” para camuflar la táctica del avestruz y que no se note el nerviosismo. “Estaban histéricos”, describe una diputada del PSOE que el martes observó “inquietud” entre compañeros del partido.
La oposición presencia el “espectáculo” desde unas cómodas butacas regulables. Fuentes del PP expresan la “disposición” a prestar apoyo “externo” a un Gabinete sin Rivero.