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Suso y poco más

   
Suso fue el jugador más destacado del partido. Forzó el penalti que transformó Vitolo y que dedicó a Cervera. / FRAN PALLERO

Suso fue el jugador más destacado del partido. Forzó el penalti que transformó Vitolo y que dedicó a Cervera. / FRAN PALLERO

MARTÍN – TRAVIESO | Santa Cruz de Tenerife

Cuando la ansiedad crea una sensación de inseguridad total, cualquier circunstancia positiva es doblemente importante. Por eso el triunfo que cosechó ayer el CD Tenerife es fundamental. En lo que era una final anticipada, los blanquiazules ganaron tres puntos que los sacan de los puestos de descenso y mete de lleno en dichas posiciones a su rival, el Racing de Santander. Vitolo, desde el punto de penalti, se encargó de materializar el único gol del partido que nació de una jugada que protagonizó el mejor del equipo ayer: Suso. El de Taco tiró del carro del juego ofensivo del equipo y suya es en gran medida la responsabilidad de la victoria.

Dijo el autor del gol al finalizar el enfrentamiento que habían jugado sin confianza y pedía perdón a la sufrida afición chicharrera por el mal partido que habían hecho. No le faltaban razones para ello, pues especialmente la primera parte fue calamitosa, imposible de sobrellevar para el espectador que paga su entrada o su abono.

Cervera había dejado entrever en la rueda de prensa previa al duelo que por la urgencia clasificatoria, sus pupilos saldrían con ganas de morder a los cántabros. Nada de eso. Faltó codicia o aptitud, pero también argumentos futbolísticos convincentes para un adversario en similares condiciones.

Solo por destacar algo de los primeros minutos, Uli Dávila, quien apareció en el once inicial debido a las numerosas bajas que sufría el conjunto ayer, se mostró voluntarioso, no obstante evidenció que carece de entendimiento con Aridane, quien ayer le acompañaba en el ataque.

Fue el Racing el que más cerca de marcar estuvo durante todo el primer acto. David Miguélez estrelló un balón en el travesaño en el minuto 17 con un buen remate de cabeza dirigido al lado contrario de Carlos. El Heliodoro tembló de pánico. A esas alturas, el Tenerife era un desastre que perdía balones por doquier y que hacía engrandecerse al Racing. Los pitos llegaron al recinto deportivo y se dirigieron al banquillo y al palco.

Sin embargo, una vez más apareció en escena Suso para salvar la papeleta. A partir de la media hora de juego, el Tenerife fue carburando poco a poco. En el 34 el canterano sacó un buen pase que no llegaron a rematar ni Aridane ni Uli. Cuatro minutos después, el Tenerife tiró por primera vez entre los tres palos. Obra de Suso desde la frontal del área, el portero racinguista desvió a córner.

Penalti sin discusión

El paso por los vestuarios dejó algún cambio, pero no de hombres ni de actitud. El Tenerife regresó al campo con bríos renovados y muy pronto encarriló el duelo.

Reanudó las hostilidades Carlos Ruiz, quien se encontró con un balón en la frontal que le permitió conectar un fuerte disparo que el meta Mario, con muchos apuros, rechazó con el pecho.

Poco después, internada de Suso en el área cántabra y Saúl derriba al extremo. Sureda Cuenca no dudó y pitó la pena máxima. Se encargó de meterla Vitolo, pura efectividad desde el punto de los once metros. Los locales cobraron ventaja en el minuto 53, pero el resultado eran tan corto que prometía mantener la incertidumbre hasta el final.

Así fue. No obstante el Tenerife dispuso de oportunidades para no llegar con apuros al final del choque. Suso, en el 72, y Dávila uno después, trataron de resolver el encuentro, pero sus disparos concluyeron con remates al exterior de la red.

Legó el turno de hacer cambios y Cervera retiró del campo a Quique Rivero y al atacante mexicano, que fueron ovacionados por el público, a pesar de la discreta actuación que completaron ambos. Y eso que los dos pasaban una verdadera reválida.
Una de las noticias positivas del encuentro llegó cuando reapareció en el terreno de juego Aitor Sanz, que volvió tras la lesión.

Antes de llegar al tiempo reglamentario, los locales acumularon dos nuevas acciones de mérito. La primera de Suso, quien aprovechó de nuevo una buena peinada de Aridane para quedarse mano a mano con Mario, pero cruzó en exceso su disparo. La segunda del grancanario, con un cabezazo, puso la emoción en la grada.

Pero antes de la conclusión del partido, llegó el gran susto de la noche. Corría el minuto 92 y se produjo un serio sobresalto al meta local con un peligroso lanzamiento de Miguélez, que Carlos Abad, con una gran estirada rechazó, situación de la que se aprovechó Adán Pérez para enviar el balón a la red, pero el colegiado, a instancias de su asistente, señaló fuera de juego. Acertó el asistente, ya que estaban dos jugadores cántabros en posición antirreglamentaria.

Y con este gol anulado, el colegiado pitó el final de un partido de escasa calidad donde lo único importante eran cosechar los puntos.