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La ciencia es cosa de hombres

   
La Laguna acogió en octubre una feria de las vocaciones científicas, una actividad de la ULL y el Cabildo de Tenerife. / DA

La Laguna acogió en octubre una feria de las vocaciones científicas, una actividad de la ULL y el Cabildo de Tenerife. / DA

SARAY ENCINOSO | La Laguna

La percepción supera a la realidad. La presencia de mujeres en las aulas universitarias se ha incrementado considerablemente durante las últimas décadas y hace tiempo que son mayoría. Este avance, sin embargo, no ha ocurrido de manera homogénea en todas las titulaciones. El viejo estereotipo de que las mujeres son de letras y los hombres de ciencias todavía deja tras de sí una estela difícil de borrar. La Universidad de La Laguna, con un 57,1,% de chicas en las aulas este curso, arrastra una carencia que es norma en el resto de centros españoles: escasean las ingenieras, las matemáticas, las físicas e, incluso, las geógrafas. Los datos revelan esa realidad, pero ¿por qué ocurre?

Los números de la ULL no son excepcionales. Según el último informe Datos y Cifras del Sistema Universitario, publicado anualmente por el Ministerio de Educación, el 54,3% de los jóvenes que estudian en alguna universidad son mujeres. El problema es que en casi todos los centros las chicas tienden a evitar matricularse en determinadas carreras técnicas. Miriam González Afonso, vicerrectora de Alumnado de la Universidad lagunera, asegura que estos porcentajes nacen de la percepción que tienen las mujeres de sí mismas – “piensan que son peores”- y que hay que combatir desde edades tempranas. Esta certeza ha hecho que diversas instituciones empiecen a desarrollar iniciativas que buscan acercar la ciencia a las mujeres. El Cabildo de Tenerife y la propia Universidad, a través de su Fundación General (Fgull), impulsaron el curso pasado acciones para el fomento de las vocaciones científicas entre los alumnos de Secundaria de Tenerife. Estas iniciativas incluían rutas científicas, visitas de alumnos a laboratorios de la ULL y a empresas y charlas de mujeres doctorandas. Estaban dirigidas a chicos y chicas, pero en todas las actividades se primaba la presencia femenina. No se optó por la discriminación positiva, sino por normalizar una realidad sin redundar en ella.

En el mismo sentido, la Consejería de Juventud, Educación e Igualdad del Cabildo y la Unidad de Igualdad de la ULL han puesto en marcha el proyecto Girl?s Day, una serie de jornadas en las que alumnas de institutos de la Isla tienen la oportunidad de visitar entidades comprometidas con las políticas de igualdad de género -Fred Olsen, Cervecera de Canarias y Femete-. Esta lucha por lograr la paridad científica interesa a las administraciones, pero también a los expertos. El grupo de Análisis Sociológico y Cultural de los Procesos Escolares y Educativos (ASOCE) de la Universidad de Oviedo acaba de publicar un pormenorizado estudio al respecto y ha llegado a la conclusión de que las creencias de autoeficacia condicionan la elección de las chicas a la hora de decantarse por los estudios técnicos. Esa falta de confianza, no obstante, no se corresponde con la realidad: se da en chicas que alcanzan mejores resultados académicos que sus compañeros. Las mujeres tienden a pensar que no van a ser capaces de rendir bien en esas materias, aunque la nota de las pruebas de acceso a la Universidad confirma que chicos y chicas tienen un rendimiento similar en este campo.

La muestra de la investigación, desarrollada durante los últimos tres años, incluye a más de 4.000 alumnos de 4º de la ESO y 1º de Bachillerato de 74 centros del Principado de Asturias y a un millar de estudiantes universitarios. Para enriquecer el análisis se contó con la opinión de padres, madres, profesores, profesoras, alumnas y alumnos.
Más allá del vínculo entre el género y el empleo, la investigación aborda una problemática persistente: la igualdad de oportunidades también empieza por la percepción que tiene uno de sí mismo, y garantizar ese acceso es una obligación, pero también una necesidad, de las sociedades desarrolladas.

Déficit de ingenieras y superávit de maestras

Canarias no es una comunidad que se caracterice por su alto grado de inversión en innovación. El tejido productivo, centrado en los servicios generalmente vinculados al turismo, está lejos de regiones más industrializadas, como País Vasco o Navarra. Sin embargo, esa realidad socioeconómica no explica el hecho de que las mujeres huyan de las ingenierías y se refugien en otro tipo de carreras.

Los datos son contundentes. El grado en Tecnologías Marinas, con un 9,5% de mujeres, seguido del de Ingeniería Mecánica, con un 11,3%, el de Informática -14,6%- y el de Radioelectrónica Naval (15,9%) son las carreras de las que huyen las mujeres. En el otro extremo se sitúan las carreras con más presencia femenina: Maestro en Educación Primaria (91,9%), Logopedia (84,2), Psicología (90,9%), Relaciones Laborales, Lengua y Literatura (74,7%),Trabajo Social (86,4%). A pesar de estas proporciones desiguales, las mujeres llevan años siendo mayoría en las universidades españolas. Estos índices de matrícula repercuten en la cifra de egresados. Hay más tituladas mujeres. El problema añadido llega más tarde. También hay menos mujeres que ocupan puestos de responsabilidad en empresas o instituciones. Muchas renuncian a su vida profesional por las dificultades excesivas que existen para compatibilizar la vida familiar con el trabajo. La masculinización de los estudios técnicos es un problema que empieza en la adolescencia, pero que se prolonga durante toda la vida. Las políticas deben empezar pronto, pero continuar en el tiempo.