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¿Feliz? Navidad

   

Navidad 1

POR VERÓNICA MARTÍN

Las fechas navideñas son sinónimo de celebración. Independientemente de las creencias religiosas, la realidad es que en la mayor parte de las familias se convierte en un momento de unión y de compartir. Cuñados con los chistes de siempre; hermanos que solo están respondiendo mensajes en vez de disfrutar de la cena; madres que se quejan de las horas que llevan en la cocina… ¿les suena? Pues es lo que vivimos muchos en la noche del 24 y del 25. Puede resultar incómodo, pero… ¿qué sería de todos nosotros sin nuestra familia? La real, la creada nueva o la inventada.

Tener una buena actitud a la hora de pasar estos momentos en familia no solo es un sano ejercicio de moderación y paciencia sino que, además, se convierte en el mejor de los regalos. ¿Por qué en vez de criticar los chistes malos no hacemos el intento de escucharlos con empatía? A la hora de regalar, en vez de quejarnos de que todo tiene que ver con un consumismo absurdo no pensamos en qué le gustará realmente a esa persona. Una excursión en familia con catering casero puede ser tan buena idea como un caro complemento que terminará convirtiéndose en un bono descuento de rebajas.

Gastronomía

La Navidad es el momento de conocer las mejores recetas de la familia. Podemos proponer un concurso de postres para evitar que todo el trabajo recaiga en una persona sola; contratar un catering y pagarlo entre todos o pedir voluntarios (de verdad) a elaborar el menú navideño o de Fin de Año. A veces hay talentos ocultos que tienen ganas de lucir sus cualidades culinarias ante la familia y como no se les consulta, frustran sus capacidades. Entender que hay que hacer menús adaptados a todos los gustos es también sinónimo de solidaridad y de empatía.

Que el dinero no sea una limitación y que las tradiciones se puedan ir adaptando a los nuevos tiempos son dos buenas premisas. No es necesario comprar langosta ni el mejor jamón de la ciudad para disfrutar de un buen momento en la mesa. A veces, es cuestión de buscar la mejor receta de pollo o mejillones antes de lanzarnos a comprar el ingrediente más costoso.

Una buena sobremesa puede ser más interesante y entretenida que la propia cena, así que podemos de antemano buscar juegos para compartir. ¿Qué les parece una sesión de fotos antiguas de la familia o un karaoke? Con el propio ordenador portátil o el smartphone con alguna aplicación para ello no necesitaremos mucho más. Son ideas que no cuestan demasiado y que supondrán un momento de diversión todos juntos.

Con respecto a los regalos, es el momento de echarle imaginación para que la situación sea agradable para todos. El amigo invisible o las manualidades (ahora llamadas Do it Yourself o DIY) son opciones cada vez más extendidas y valoradas por el resto.

También existe la posibilidad de marcar límites en precios para que nadie pueda verse en un compromiso. Se trata de compartir, no de competir.

Tristeza navideña

Navidad 2

El psicólogo Leocadio Martín, del proyecto Cámbiate, explica que es una de las épocas donde los episodios depresivos detonan especialmente por la pérdida de algunos miembros de la familia. Incluso, recuerda que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha cifrado en un aumento del 40% de estos cuadros.

Para luchar en contra de ello, el psicólogo recomienda “aceptarse y entender de antemano qué podemos y qué no podemos controlar de las fiestas navideñas. Hay que evitar culparnos con respecto a nuestro estado de ánimo”. Es tiempo de implicarse: “Llama a un viejo amigo o amiga. Vete a dar una vuelta y observar la navidad con él o ella. Incluso si debes quedarte en casa por cualquier razón, rodéate de aquellas cosas que te hacen sentir bien.”, afirma.

También recomienda buscar alguna forma de ser generoso: “Es muy fácil caer en la trampa de sentir lástima por nosotros mismos durante las fiestas. Y a pesar de que nos pueda parecer algo extraño, siempre resulta muy útil con este estado de ánimo encontrar la forma de ayudar a los demás. No es solamente una cuestión estacional. Hacerlo puede significar un verdadero cambio para nosotros, implicarnos en un proyecto que impacte positivamente a otras personas”.

CINCO TRUCOS PARA QUE TODO RUEDE

1. No posponer: Las fiestas son únicas. Es posible que este año sea el primero o el último que algo haya ocurrido en la familia. Por eso, es bueno disfrutar juntos pese a que cuadrar agendas sea complicado.

2. Trascender las fechas: Los compromisos familiares suelen ser complejos. Si no podemos ver a nuestros primos el 24 o el 25, ¿por qué no crear otra celebración el 3 de enero?

3. Que el dinero no sea un obstáculo: Muchas veces, las diferencias económicas en la familia suponen un problema. Poner un límite y un presupuesto para regalos y comidas es una solución.

4. Elegir la compañía: Todos sabemos que hay personas que se llevan mejor y peor en toda familia. Tener en cuenta eso a la hora de montar las celebraciones e, incluso, de poner la mesa.

5. Los niños, protagonistas: Nos olvidamos de que las fiestas son para ellos. Hagamos juegos entre todos. Ver cómo el abuelo juega con los nietos a adivinar películas puede ser un espectáculo en sí mismo.