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Guerra legal contra las prospecciones – Por Sergio García de la Cruz

   

No es mi intención en este artículo decantarme por unos u otros, principalmente porque seguramente todo tiene sus pro y sus contras, distinto es que piense que está mal que a un pueblo se le cierre su implicación en el poder público a través de una democracia participativa. Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Suiza han establecido instrumentos de consulta ciudadana.

A nadie se le escapa el hecho de que somos dependientes de los combustibles fósiles, encontrar petróleo proporciona grandes beneficios para la empresa, pero, también para el país ya que le proporciona riqueza y algo muy importante: su dependencia energética del exterior disminuye. España es uno de los países más subordinados en este sentido, un 70% de la energía que consumimos la importamos, nuestra producción de petróleo propia no representa ni el 1% de la demandada. Por supuesto, esto no significa mi sí a las prospecciones, tampoco un no, denota mi apoyo a las energías alternativas: eólicas, solares, por los movimientos de las olas o geotérmicas, como vemos todas perfectamente logrables en Canarias.

Ya desde el siglo pasado Repsol le había echado el ojo a la zona, es evidente que no van a ciegas y cuando quieren actuar es porque su equipo de geólogos ha estudiado las rocas y la presencia de hidrocarburos bajo tierra, también suelen intervenir los geofísicos que estudian las propiedades físicas del subsuelo quienes generalmente toman y analizan datos de lo que se denominan ondas reflejadas que provienen de las vibraciones que se producen en el suelo. ¿Cómo se logra que el suelo del fondo del mar vibre? Pues provocando explosiones.

Con la llegada del milenio la empresa petrolífera y sus socios pasan a la acción y piden permiso a España para perforar nueve cuadriculas del fondo marino cercano a las Islas Canarias. Fue concedido por estas mismas fechas navideñas de hace trece años. El plan de búsqueda conllevaba la realización de un programa de seis años, los dos primeros de estudios, a partir del tercero comenzaban las perforaciones. Y Canarias atacó el reglamento de autorización por la vía judicial y ganó en la parte más importante de este, o sea, el de las prospecciones en sí que fueron invalidadas ya que habían omitido ciertas medidas de protección medioambiental. En el año 2008 la Dirección General de Política Energética y Minas intentó modificar las fallas del permiso sin éxito, y ese mismo año Canarias arremetió contra la competencias del Estado para otorgar autorizaciones en las zonas del subsuelo marino indicando que eran suyas… ya nos gustaría, pero, el territorio canario y su límite natural de competencias está integrado por los territorios insulares a las siete islas y se extiende a la zona marítimo terrestre que forman el mismo; el subsuelo marino no forma parte de este.

Los permisos definitivos fueron otorgados en el 2012 a Repsol, Woodside Energy Iberia y a RWE Dea AG, ya tenían vía libre. Canarias se lanzó de nuevo contra este llevando por bandera la Red Ecológica Natura 2000, pero hay una puerta trasera por la que escapar de ella como es por razones de índole social o económica. Ahí es nada. Por lo demás, las respuestas jurídicas hasta el momento, han sido negativas. Aunque es destacable la oposición contraria de dos magistrados que indican que antes de otorgar los permisos debería haberse exigido un estudio ambiental pormenorizado que identificara y clarificara los posibles impactos medioambientales que se pudieran producir en un ámbito espacial cualificado por su alto valor ecológico y de especial sensibilidad medioambiental.

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