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Lágrimas navideñas – Por Rafa Lutzardo

   

La Navidad para el pueblo venezolano siempre ha sido especial; vinculados siempre a los sentimientos, celebraciones y de intercambios de regalos. El valor de la familia tiene una gran importancia para el país criollo, unido a la fe, respeto y devoción a los actos religiosos de estas fechas. Sin embargo, y aunque la voluntad de muchos criollos y emigrantes canarios son aferrarse a la unidad y amor de los familiares y amigos, el gobierno de Nicolás Maduro insiste en cambiar la Navidad que tan especial ha sido a lo largo de la historia de Venezuela. Lo cierto es, que cada día, momento y por estas fechas navideñas, las colas kilométricas, horas interminables y cartillas de racionamientos en las manos de miles de criollos e isleños se suceden diariamente, con el objetivo de obtener un poco de pernil, harina o un pollo. La ironía propagandística del aparato oficial que lidera Maduro, pero que dirigen Raúl Castro y Diosdado Cabello, en destacar que el pueblo venezolano tendrá una Navidad bella, tranquila y segura; quieran disfrazar la triste y cruda realidad a la que en esto momentos están siendo sometidos el citado país caribeño, especialmente cuando los habitantes que viven en la tierra del petróleo, se ven condicionados por la ausencia de los productos básicos para llevar a sus hogares: leche, mantequilla, harina, papel higiénico, pastas, cepillos de dientes, hojillas y maquinillas de afeitar, etc.

Y los pocos alimentos que hay en el mercado negro cuestan tres veces más de su precio normal. Por si fuera poco, el año pasado, en 2013, la cifra de muertos por violencia fue de 25.656 muertos. En este año 2014 que está a punto de finalizar, se prevé un aumento de la cifra de muertes señalada anteriormente. Adornar los hogares es casi una utopía. Comprar un arbolito o cualquier tipo de adornos cuesta el doble. ¿Cortarán la luz? Esa es otra de las asignaturas pendientes del Gobierno del triunvirato de Nicolás Maduro. La Navidad en Venezuela se celebra entre rejas. Cada hogar está fortificado por rejas y alambradas eléctricas como motivo de seguridad. ¿Quién sale a la calle para visitar a un familiar o amigo? Ayyyyyy… querida familia, hermanos canarios. Al igual que los nacimientos de los ríos que emanan sus aguas, los ojos de muchos canarios y criollos desprenden lágrimas de dolor, miedo e impotencia. Miradas de paciencias; de sueños con otros horizontes nuevos y de una Navidad con otro color de esperanza y de libertad.