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Pieter Coecke van Aelst – Por Luis Ortega

   

En esta mañana de inquietudes y trajines y, cuando este periódico llegue a tus manos, tú, yo e innumerables próximos o desconocidos habremos sobado con nerviosismo, mimo o desencanto, un décimo -o los décimos y participaciones- de la Lotería Nacional que, en la ilusión de mudar de fortuna, adquirimos en el año que agoniza. El billete de 2014 reproduce la magistral Adoración de los Magos, tabla central de un tríptico del flamenco Pieter Coecke (1502-1550), uno de los artistas preferidos por Felipe II, propiedad del Museo del Prado y expuesto en su colección permanente. Hijo del tejedor del mismo nombre -ambos sumaron el pueblo natal, Aelst, al apellido- tuvo como maestros a Bernard van Orley y Jan van Dornicke, con cuya hija Anna contrajo matrimonio y cuyo taller heredó; en segundas nupcias casó con la famosa Mayken Verhulst, destacada miniaturista y pionera de la acuarela en los Países Bajos; fue suegro de Pieter Brueghel el Viejo y abuelo del artista del mismo nombre, conocido como el Joven y de Jan Pieter Brueghel de Velours. Viajó por toda Europa -incluso residió en Turquía, donde concertó negocios con Suleimán el Magnífico- y trajo de las primeras escuelas de Italia los influjos y alcances del manierismo que, agregó con acierto y delicadeza al naturalismo brabanzón. Trasladó reputación y estudio de Amberes a Bruselas y brilló en todas las facetas artísticas a las que se dedicó, desde la pintura de caballete y las estampaciones, a las decoraciones y diseños de muebles y, por supuesto, a la confección de espléndidos tapices, técnica aprendida de su padre que trabajó para distintas cortes europeas y San Pedro del Vaticano, en el último caso con diseños de Rafael de Sanzio sobre Los hechos de los Apóstoles. Fue asimismo un prestigioso editor de tratados de historia y arte. En el pasado junio, tratamos en esta misma columna sobre la aparición en España de una espectacular pieza, realizada con sedas y lanas de la máxima calidad e hilos de oro y plata, dedicado a San Pablo y que perteneció a la Casa de Tudor; aún ahora, los propietarios y Cultura mantienen un contencioso por la intención de los primeros de sacar la obra al mercado internacional. Recordamos también en aquella esquina que, según la certera asignación del profesor Matías Díaz Padrón, conservador emérito de la primera pinacoteca nacional, el segundo Coecke, es el autor del celebrado Tríptico de Nava, actualmente en el Museo Municipal de Santa Cruz de Tenerife que, recuperadas todas sus salas, en estos días, presentó el grueso de sus fondos.