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Un desastre de maratón

   

Ganadores masculinos de la modalidad reina, los 42 kilómetros. / CANARIAS 7

Ganadores masculinos de la modalidad reina, los 42 kilómetros. / CANARIAS 7

MARTÍN-TRAVIESO | Santa Cruz de Tenerife

Lo que mal anda, mal acaba. La DISA Gran Canaria Maratón va camino de acabar como el rosario de la aurora. Empezó con polémica por los problemas que muchos corredores canarios, con buenas marcas, tuvieron para poder inscribirse, al negarle la organización las invitaciones. Y puede acabar mucho peor tras el escrito que una empresa cronometradora (Top Time Eventos) ha elevado a la Real Federación Española de Atletismo, quejándose de un posible cronometraje ilegal que, en caso de progresar, podría conllevar la nulidad de todas las marcas logradas. A esto habría que sumar las quejas de muchos corredores ante la incongruencia de los puestos y tiempos medios correspondientes a los diferentes puntos de control y la falta de los tiempos reales (netos) en los resultados de maratón y media maratón. Estos y otros muchos errores de la organización alejan a la prueba grancanaria de ser un referente en el panorama nacional, como pretende el Cabildo de Gran Canaria.

Pero hay más. La lista de imperfecciones, casi imperdonables, de la carrera por excelencia de la isla vecina no acaba ahí. Son muchos los atletas que se quejan del excesivo gasto de una prueba presupuestada en 900.000 euros y de los pobres servicios que se le da a los corredores teniendo en cuenta esa descomunal suma que la coloca en el cuarto escalón de las maratones nacionales con más presupuesto, solo por detrás de las de Madrid, Barcelona y Valencia. Pero aún hay más. Otra tropelía es la que se cometió en la prueba de los 10 kilómetros en silla de ruedas. Los ocho participantes de esta modalidad salieron a las 8.10 guiados por un vehículo que a la altura del Centro Comercial El Muelle los abandonó, por lo que los corredores tuvieron que preguntar a voluntarios y policías por qué calles tenían que ir. Finalmente corrieron 7,1 kilómetros, tres menos que lo que marcaba la prueba.

También en esa distancia, la de diez mil metros, la más popular, existieron multitud de quejas. Lamentablemente, multitud de runners tuvieron que compartir taxis con desconocidos para llegar a tiempo a la salida, ya que las guaguas no pasaban con la frecuencia esperada. Un verdadero caos que acrecentó con la imagen de gente corriendo para llegar a tiempo o de corredores extranjeros despistados porque la web de la prueba no indicaba nada. Así las cosas, muchos fueron los que entraron a correr con la prueba ya empezada.

Así se entiende el pobre número de participantes que formaron parte de la DISA Gran Canaria Maratón. La organización, capitaneada por el consejero de Deportes del Cabildo de Gran Canaria, Lucas Bravo de Laguna, perteneciente al Partido Popular, hablaba de éxito de participación. Todo lo contrario.

Cruzaron la meta 6.163 corredores (2.830 en 10 kilómetros, 2.576 en la media y 757 en la prueba reina), el 19% menos de los 7.580 inscritos que anunciaron los medios. Este 19% forma una tasa altísima de no presentados o no finalizadores. Si el objetivo de la organización era llegar a los 8.500 corredores, 6.133 está lejos de esa cifra como para ser considerado un éxito de participación.

Y el culmen final ha sido la denuncia de Top Time Eventos, quien se queja de que si bien la empresa adjudicataria del concurso público para cronometrar esta cita figura en la lista de empresas certificadas (Crono Chip, SL), así como el sistema de cronometraje declarado (Chronotrack), lo cierto es que de acuerdo al mencionado escrito de queja fue Sportmaniacs quien prestó el servicio sin figurar como empresa homologada y haciendo uso de utensilios no certificados por la RFEA (Timingsense).