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Un estudio alerta del peligro de las colmenas de abejas para el Teide

   

Las prácticas apícolas en el parque se realizan durante los meses de primavera y verano. / ÓSCAR MARTÍN

Las prácticas apícolas en el parque se realizan durante los meses de primavera y verano. / ÓSCAR MARTÍN

J. MORENO | Santa Cruz de Tenerife

Un estudio científico realizado en el Parque Nacional del Teide ha alertado sobre la conservación de la flora y fauna de este enclave, ya que asegura que la práctica de la apicultura no favorece este ecosistema. El documento pone de relieve que este espacio protegido “ostenta el récord mundial en densidad de colmenas por kilómetro cuadrado”. Explica, en un comunicado de prensa, que “la introducción de la abeja doméstica (Apis mellifera) está alterando en gran medida el sistema natural de la zona, produciendo una disminución de la riqueza de especies de polinizadores nativos, con efectos negativos inmediatos en la reproducción de algunas plantas, como el tajinaste rojo y la retama del Teide, exclusivas de este ecosistema insular”.

La investigación, liderada por Alfredo Valido desde la Estación Biológica de Doñana (CSIC), advierte de que esta actividad agropecuaria, considerada como tradicional e iniciada en el siglo XVI, produce una fuerte competencia por los recursos naturales (polen y néctar) con los polinizadores nativos, muchos de ellos endémicos, y únicos en este ecosistema. Estos quedan desplazados de la red de interacciones beneficiosas planta-polinizador por la abeja doméstica, que consume gran parte del néctar disponible y no les permite aprovechar las flores.

El documento refleja que esta situación se traduce en una bajada de la productividad y en una menor cantidad de semillas por fruto. Además, la calidad también se pierde en sus genes, lo que podría provocarles una desviación genética conocida como depresión por endogamia”, (pérdida de diversidad genética en la descendencia).

La miel, en Las Cañadas

-Periodo. La práctica de la apicultura se realiza en el Parque Nacional desde principios de mayo hasta septiembre. Se trata, en este caso, de una actividad de uso y costumbre y no profesional, como explica la Asociación de Apicultores de Tenerife (Apiten). Cabe recordar que la miel de retama cuenta con la Denominación de Origen Protegida.

-Número de Colmenas. En estos meses se calcula que se puedan encontrar en el Teide entre 4.000 y 5.000 colmenas. Aún así, se ha limitado el uso de estas a 150 por cada apicultor. Se calcula una media de 120 personas.

-Regulación. Esta actividad está controlada y recogida en el Plan de Uso y Gestión del Parque Nacional. Incluso se dispone de los lugares en los que se permite llevar a cabo esta práctica.

Antecedentes

Al igual que ocurrió con el pastoreo hace unas décadas, que fue eliminado, la recomendación “más inmediata y lógica desde el punto de vista ecológico”, según los científicos, es prohibir esta actividad en el Parque Nacional. “La simple acción de no permitir a los apicultores el uso de este espacio natural público protegido sería la medida de conservación más efectiva, rápida y sin coste económico alguno para neutralizar en un 100% el impacto que está generando la abeja doméstica en el Parque Nacional”, aseguró Alfredo Valido. En este sentido, el consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca del Cabildo, Jesús Morales, restó importancia a las conclusiones de este informe ya que aseguró que, en su momento, cuando se inició, los técnicos del área no compartían la metodología utilizada, “por lo que tampoco compartimos ahora las conclusiones derivadas del estudio”.

“Nos parece desproporcionada la petición de prohibir esta práctica en el Teide y nosotros vamos a defender a nuestros apicultores”, aseguró Morales. Del mismo modo, explicó que pese a esta investigación no se plantean llevar a cabo ninguna medida de prohibición de la actividad y matizó que, en su caso, se encargarían nuevos estudios para confirmar este posible deterioro, al igual que recalcó que hasta el momento no se han recibido ni quejas ni daños al respecto.

Los apicultores descartan daños al ecosistema

J. M. | Santa Cruz de Tenerife

El presidente de la Asociación de Apicultores de Tenerife (Apiten), Juan Jesús Ramos, cuestionó las conclusiones del informe que apuntan a un posible daño en el Parque Nacional del Teide por esta actividad y recordó que la apicultura se lleva realizando en este enclave desde hace más de 400 años, que es el periodo que está documentado. Aún así, matizó que hay estudios que abogan porque esta práctica también fue realizada en el Teide por los guanches.

En este sentido, descartó una afección al Parque, ya que aseguró que la práctica está perfectamente regulada en el Plan de Uso y Gestión de este espacio protegido. Explicó que solo se lleva a cabo durante unos meses del año y añadió que las abejas contribuyen a la polinización de la flora. El representante de la asociación de apicultores puso de relieve que en todos los años que se lleva realizando esta acción no se ha detectado ningún daño.