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Hablar a un bebé – Por Andrés Brito

   

Cuándo te diriges a un bebé cambias tu tono de voz e incluso las palabras que utilizas por otras más adaptadas al oído de tu pequeño interlocutor? Leí la semana pasada un interesante artículo sobre las investigaciones de la doctora Jenn Berman acerca del llamado “dialecto mamá” o “lenguaje infantilizado” y me llamaron mucho la atención sus afirmaciones sobre las bondades de esta forma de dirigirnos a las criaturitas que, si te fijas bien, tienen su lógica:

- Hablando así al bebé captamos más rápidamente su atención diciéndole de forma subliminal que esa conversación le va dirigida en exclusiva.
- Al hablar más lentamente nos comprende mejor dado que los bebés procesan la información auditiva mucho más despacio que los adultos.
-Entra en juego el importante factor emocional ya que estamos ayudando a la criatura a identificar mejor cómo nos sentimos.

- Sus oídos discriminan más claramente entre nuestra voz y otros sonidos del entorno.

La doctora Berman advierte: cuando el bebé supera los 18 meses hemos de hacer una transición hacia un lenguaje más “adulto” dado que es cuando se enriquece el vocabulario y el bebé comienza a incorporar nuevas palabras a su universo simbólico, en especial, por ejemplo, si fomentamos ese maravilloso hábito de que se duerman contándoles un cuento o si participamos en sus juegos como si nosotros también fuésemos niños.

Uno de los tipos de coaching más interesantes es el que pone en marcha procesos de acompañamiento a personas que acaban de ser padres. El instinto juega un papel primordial a la hora de brindar cuidados a los recién nacidos pero los consejos de alguien que ya ha vivido esa experiencia pueden facilitar mucho tan dulce tarea.

www.andresbrito.com