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La indumentaria de los luchadores en Canarias: siglos XVIII-XX (II)

   

Lucha canaria 1900-1910

Luchadores, en posición de brega. | LUIS OJEDA PÉREZ, 1900-1905 Archivo FEDAC

JUAN DE LA CRUZ RODRÍGUEZ | Santa Cruz de Tenerife

Como hemos visto, eran la camisa y los calzoncillos las únicas prendas usadas para luchar aunque cuando la brega era improvisada como divertimento en cualquier momento de expansión también se practicaba con las prendas que se llevasen en ese momento.

La camisa y los calzoncillos como prendas fundamentales del equipaje de lucha eran de recios lienzos de lino tejidos en el país, producidos normalmente en la unidad familiar por la mujeres tal como lo relata Pereira Pacheco al hablar de las paisanas de Tegueste: “Su principal ocupación es el telar, donde echan lienzos para sábanas, camisas, enaguas, calzoncillos y demás, necesario para el servicio de la casa y familia, que por lo fuerte de la tela es la única capaz de resistir más tiempo el trabajo violento del campo…”. (Pereira Pacheco, 1848).

Las camisas

Se cortaban en piezas rectangulares o cuadradas siguiendo los patrones de sus antecesoras las alcandoras árabes que la originaron (Deslandres). Solían tener cuello de cabezón muy alto, que posteriormente se doble en dos dando lugar al actual cuello de camisa, o se estrecha (a principios de este siglo) en una fina tirilla.

La manga larga recogía la tela en finos pliegues agrupados encima del hombro o repartidos por todo el hueco de la misma. En la zona de la axila llevaban el cuadrillo doblado en diagonal para facilitar los movimientos. Los puños también recogían la tela con diminutos pliegues y solían ser sencillos o dobles ajustándose con botones de lino en forma de pequeña bolita o confite, o más raramente metálicos.

En la parte frontal, presenta los pliegues agrupados a los lados del cuello. Los hay con una simple apertura o corte que se cierra al cuello con un botón o aletilla con ojales y botones.

Conocemos varios ejemplares de camisas antiguas confeccionadas con tejidos de lino del país. Los podríamos agrupar en dos tipos principales: las unas sencilla y carentes de adornos con los hombros reforzados y las otras de lienzos algo más finos presentan la pechera con pequeños tableados, ligeros bordados en blanco en la aletilla, cuello y puños dobles también bordados ligeramente en realce blanco.

Con la llegada masiva de tejidos de origen fabril, producto de la industrialización europea, las camisas se empiezan a hacer de géneros de algodón lisos o listados desde el siglo XIX. Su forma también varía perdiendo sus líneas rectas, empezándose a cortar con sisas, abriéndose en su totalidad en la parte frontal. Los botones de lino se sustituyen por los de madera, nácar o hueso.

Estas camisas serán las usuales en las luchadas donde se usaban con las mangas recogidas normalmente. En el presente siglo se estandariza un modelo especial para la brega donde sólo perdurará de sus antecesoras lo recio del tejido y la abertura parcial en la parte delantera. Variarán las mangas que acortan o suprimen y el color que del blanco o crudo se trocará en cualquier color según los distintivos del equipo al que se pertenezca.

Juan de la Cruz Rodríguez es Técnico en textiles e indumentaria del Museo Antropología de Tenerife