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Repatrian a unos 800 turistas tras un incendio en un crucero

   

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Unos 800 turistas serán hoy repatriados a sus respectivos países tras confirmarse ayer que, si bien los daños que sufre el barco en el que navegaban por las Islas no son graves, tendrá que permanecer en el puerto de Santa Cruz de Tenerife durante algunos días, en información refrendada por fuentes oficiales.

El referido accidente ha motivado un operativo especial en el aeropuerto Tenerife Sur para acoger el inesperado aumento de vuelos, dispuestos expresamente para que los afectados puedan volver a sus países. Los hechos que nos ocupan se originan a raíz de un incendio acaecido en el barco de pasajeros MS Boudicca, bien conocido por estos lares y que pertenece a la matriz de Fred Olsen.

Dicha embarcación navegaba por aguas canarias cuando sufrió el referido incidente, por lo que se desvió al puerto santacrucero para evaluar los daños.

Tras llegar el pasado martes, ayer se supo que, si bien tales daños no son importantes, el hecho de que la reparación de los mismos obligará al Boudicca a permanecer atracado durante varios días, ha forzado que los responsables de este crucero movilicen una serie de vuelos para que las aproximadamente dos mil personas que disfrutaban del plácido invierno canario puedan volver a casa.

Así las cosas, durante todo el día de ayer se trabajó intensamente en el aeropuerto Tenerife Sur (Reina Sofía) para dar cabida a esos vuelos que, fundamentalmente, tienen como destino las principales ciudades del Reino Unido, Alemania y Holanda.

En principio, al no coincidir en viernes (el día de la semana en el que se mueve mayor número de pasaje en el Reina Sofía con amplia diferencia), el aeropuerto Tenerife Sur no tendrá problemas en gestionar el inesperado aumento de vuelos. Las fuentes oficiales aludidas también confirmaron que, felizmente, el incendio a bordo no provocó daños personales.

El MS Boudicca de Fred Olsen es un crucero de tamaño medio, con capacidad para unas 800 personas aproximadamente, y sobre unos 300 tripulantes. Es un barco botado en los años 70, con historial en varias navieras, pero ha sido renovado en varias ocasiones, la última muy recientemente, y por ello sus instalaciones están en perfecto estado. No es el clásico crucero gigantesco con miles de personas, sino que capta su público entre la tercera edad y se distingue por sus plácidos recorridos.