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Antonio Castro: “Hemos tardado una década en afrontar el cambio”

   
Antonio Castro. / F. P.

Antonio Castro. / F. P.

DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife

El cambio que se guarda en una caja de caudales es calderilla que no sirve para que los gobernantes recuperen el crédito ante la ciudadanía. Parece que Antonio Castro se ha dado cuenta de ese detalle. “Las grandes fuerzas políticas han perdido una década o dos para avanzar en las transformaciones que hay que hacer”, comenta el presidente del Parlamento de Canarias en una entrevista con DIARIO DE AVISOS.

“Estas cosas se veían venir”, pone de relieve Castro. “La revisión de la Constitución, del modelo de organización territorial de España, el económico, los sistemas tributarios y de compensación solidaria de los recursos con las necesidades sociales en general. Vamos con retraso”. No obstante, desaconseja que se haga a prisa y corriendo, porque el resultado podría ser una chapuza. A su juicio, hacen faltan soluciones y no tantas confusiones. “En fin, todo esto se puede resolver perfectamente con responsabilidad”. En coherencia con ese pensamiento, Antonio Castro afirma que las instituciones “tienen que ser muy activas, muy cercanas a la sociedad y también muy participativas en el día a día…”. Para garantizar unas “estructuras sólidas”, sugiere que las actuaciones y las decisiones se adapten a cada momento.

Desde la perspectiva de alguien que observa el devenir de los acontecimientos en una posición de neutralidad vigilante, “lo que venga será adecuado si se hace con tino y sin estridencias”. Castro cree comprender lo que quiere la sociedad. “Mucha gente, especialmente la joven, nos está avisando de que las instituciones se han quedado anquilosadas y no dejan de tener razón en parte. Nuestra obligación como actores de las organizaciones políticas consiste en facilitar ese tránsito a unos nuevos tiempos. Pero esa transformación hay que afrontarla siendo consciente cada uno de nosotros del valor de las ideas como vehículo de entendimiento y no de confrontación, porque siempre es preferible compartir que imponer”.

Al término de su segunda legislatura en la dirección de la Cámara autonómica, Antonio Castro mira hacia delante sin descuidar el pasado ni desviarse del presente: “El Parlamento y el Gobierno son mejores o peores en virtud de las personas y de las normas que creamos. Es verdad que el Parlamento ha de abrirse más a la sociedad, ser más participativo. Ahora bien, conviene no olvidarse de que es el mecanismo más importante que posee una democracia para ayudar al funcionamiento de la sociedad”.

Al margen de las circunstancias de la vida, Castro confía en que prevalezca su criterio sobre el propio futuro político.