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Autodestrucción del PSOE y el pacto que viene – Por Norberto Chijeb

   

A tres meses de las elecciones municipales, insulares y autonómicas, el tripartidismo en Canarias tiene todos los visos de quedar hecho añicos. La crisis económica y sobre todo la sensación de una corrupción galopante en todas las esferas del poder, no solo ocasionará de nuevo una alta abstención, sino que servirá, parece, para castigar a aquellos que llevan gobernando nuestras instituciones desde que se recuperó la democracia. Aunque mucho sería decir que, al menos en las grandes ciudades, en los cabildos o en el Gobierno de Canarias, no estén presentes CC, PP o PSOE, póngalo ustedes en el orden que quieran y emparejenlo como deseen, porque estamos llamados a que sigan en el machito otros cuatro años hasta que las jóvenes alternativas, Podemos (por la izquierda) y Ciudadanos (por la derecha) terminen siendo munición de verdad y no balas de fogueo, al menos en las Islas. Ante un panorama tan abierto electoralmente, resultaría un osado pronosticar mucho más allá, pero es evidente que en la degradación que están sufriendo los tres grandes partidos canarios, el peor parado está siendo el PSC-PSOE, por la clara y evidente falta de liderazgo de José Miguel Pérez, acrecentada una vez conocido que no será candidato. A los fuegos incontrolados de La Palma o El Tanque se le unen ahora una ristra de imputaciones, hasta en once municipios de Tenerife, y una severa crisis abierta en el seno de la que en 33 años ha sido la agrupación local más fuerte, El Rosario. Allí, sin Macario Benítez Gil, y en Güímar, sin Rafael Yanes, la guerra por la sucesión no está todavía cerrada y esa división solo puede traer malos presagios de cara al 24-M. En Candelaria, en contra, ha habido unanimidad para elegir a la candidata sustituta de José Gumersindo García Trujillo, pero Mary Brito lo tendrá muy complicado para poder siquiera ganar las elecciones y menos para gobernar. Es tal la autodestrucción del PSOE que a tres meses de las elecciones todo se discute, aunque nadie lo haga públicamente. Norte y sur piensan diferente, como piensan diferente Santa Cruz y La Laguna y así no resulta extraño que se esté fraguando, sin esperar a los votos de los canarios, la reedición del pacto CC-PP, porque como diría Fernando Clavijo, “con qué PSOE voy a pactar, con el de La Palma, el de Tacoronte o el de El Tanque”. Clavijo lo tiene claro, a la espera de lo que digan las urnas -y los juzgados, claro- su agenda tiene dibujada una gaviota. Una gaviota que no solo volaría a lo más alto del Gobierno de Canarias sino que iría en cascadas hacia cabildos y ayuntamientos, aunque en algunos de estos casos igual con dos siglas no bastará para formar gobierno, ante la realidad, más que posibilidad, de que las nuevas fuerzas emergentes y esa Nueva Canarias, recolectora de imputados y rebotados, obtengan representación. Estamos ante unas elecciones que marcarán seguramente un antes y un después en nuestra democracia. Los pequeños partidos y las coaliciones comenzarán a comerle el terreno a quienes nos han gobernando durante más de veinte años sin que supieran renovar las ideas y mucho menos las caras. Viene otro tiempo, pero lamentablemente un pacto viejo.