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“Si no fuera por las listas cremallera, las mujeres no estaríamos en las instituciones”

   
Marián Franquet se sumó a las Juventudes Socialistas con 14 años. / FRAN PALLERO

Marián Franquet se sumó a las Juventudes Socialistas con 14 años. / FRAN PALLERO

VERÓNICA MARTÍN | Santa Cruz de Tenerife

Marián Franquet es de esas personas con las que te apetecería irte de marcha en Carnaval porque parece muy divertida, pero, también, con la que te gustaría conversar en serio sobre igualdad, política y compromiso durante horas. Trasmite serenidad y seguridad, pero también un poco de rabia contenida ante ciertos asuntos polémicos. Lleva desde que recuerda en política, siempre asociada al PSOE. En la actualidad, es jefa de Gabinete de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de la capital tinerfeña (que gestiona el PSOE tras el pacto de Gobierno con Coalición Canaria) y se presenta como número dos a la lista de su partido en las próximas elecciones municipales.

-¿Por qué es usted política?
“Lo he sido siempre. No tengo un concepto de vida que no esté vinculado a la política sea como activismo social o de partido. Me afilié a las Juventudes Socialistas con 14 años y al PSOE, con 18. No tengo conciencia de mi vida fuera de la política”.

-¿Cuál es su manera de entender la participación en política?
“Empecé desde los movimientos sociales y estudiantiles…, luego en la Asociación de Mujeres Jóvenes y en los consejos de Juventud. Mi concepto de política está estrechamente ligado a los movimientos sociales y no entiendo la política sin ese pivote central que son las reivindicaciones sociales”.

-Viniendo de ese sector, entenderá perfectamente que mucha gente apoye a Podemos y a su visión de la casta.
“Vengas de donde vengas, eso se entiende perfectamente. No comparto determinados calificativos o definiciones sobre la política que se hace desde ese sector, pero comparto y entiendo el malestar social que existe con respecto a la gestión de lo público”.

-Lo de militar en el PSOE es una influencia familiar…
“Absolutamente. Mis padres son militantes de izquierda de toda la vida. Mi primer recuerdo con la infancia antes de afiliarme al PSOE es que me bajaba de la guagua del colegio y me iba a la Agrupación Socialista donde solía estar mi madre. Allí merendaba y bajaba a jugar a la plaza Weyler. Hemos vivido el partido desde siempre. En mi casa se ha respetado mucho la política. Quizá de los cuatro hermanos, fui yo la que más lo absorbí. Además, mi tía -que falleció el año pasado- era la secretaria de Felipe González y eso hacía que tuviéramos un sobreorgullo familiar por su participación en ese nivel y, todo esto, por supuesto, ha influido”.

-¿Qué le contaba su tía del que fuera presidente del Gobierno de España?
“Muy poco. Y esa era precisamente su mayor virtud: que pese a ser la jefa de Secretaría del presidente del Gobierno, era absolutamente discreta. Claro que hablaba de temas políticos, pero nunca del interior de la Moncloa. Eso sí, en su casa podías ir una tarde y encontrarte a los ministros tomando café en el salón… eso te podía impresionar, pero también te dabas cuenta de que son personas de carne y hueso como tú y como yo”.

-Su trayectoria profesional ha estado muy vinculada con la Igualdad. ¿Cree que se han producido cambios en este concepto?
“Tuvimos una época donde la evolución en positivo hacia la igualdad fue tremenda. En un corto espacio de tiempo se generaron acciones y campañas. En el movimiento feminista teníamos la teoría de que, con cada paso que se daba, no había marcha atrás y que se consolidaban los logros. Sin embargo, en los últimos años nos hemos dado cuenta de que eso era absolutamente falso y es tremendo cuando ves -con estudios y datos- los retrocesos importantes que se han producido. Por ejemplo, en la percepción de violencia de género en los adolescentes o en la presencia de las mujeres en cargos públicos. Son actitudes machistas que van calando y, sumadas, están generando un conciencia social muy grave”.

La número dos en la candidatura socialista a Santa Cruz posa con la ciudad de fondo desde las oficinas de Urbanismo. / FRAN PALLERO

La número dos en la candidatura socialista a Santa Cruz posa con la ciudad de fondo desde las oficinas de Urbanismo. / FRAN PALLERO

-Yo era de las que pensaba, con 20 años, que cuando tuviera 40 todo habría cambiado… que era solo una cuestión de generaciones. Y justo esta semana salen los datos de la enorme brecha salarial entre hombres y mujeres… con lo que se demuestra que no era así. ¿Le pasa lo mismo?
“Los análisis de este tipo no se pueden hacer desde la perspectiva personal. Hay que tener amplitud de miras y por eso es importante tener datos. Lo curioso es que hay encuestas que no se cuestionan en absoluto, como las de intención de voto, pero esta semana sale el estudio donde se demuestra la brecha salarial y se llega a decir que no es real. Lo mismo pasa con el hecho de las denuncias falsas en casos de maltrato, se usa lo anecdótico para justificar la eliminación de la protección a las mujeres… Los datos marcan claramente la situación de desigualdad que aún existe en España”.

-El ámbito de la política no se escapa a eso…
“Los partidos han hablado de políticas de igualdad y algunos han avanzado más que otros. El PSOE comenzó con la norma de que en las listas hubiera el 25% de mujeres; luego el porcentaje de sexos del 40/60 y ahora se ha optado por las listas cremallera. Sin embargo, cuando se hacen las listas se ve que los hombres son los que repiten siempre y a las mujeres nos ponen y nos quitan con una facilidad increíble. Me pasó a mí misma que, tras ser concejal con un resultado avalado, no repetí las elecciones siguientes. Además, incluso te llegan a decir ‘te han puesto’, no que la propuesta se basa en un conocimiento de tu trabajo”.

-¿Entonces cree que las listas cremallera han cumplido con su objetivo?
“Estoy convencida de que si no fuera por esto, las mujeres no estaríamos en las instituciones. Cuando se hizo la norma del 40/60, los partidos ponían al 40 por ciento de mujeres pero al final de la lista, y solo cuando se les obligó a que fueran listas cremallera es cuando se ha garantizado la representación de las mujeres”.

-¿Fue José Luis Rodríguez Zapatero demasiado revolucionario con políticas como el matrimonio de personas del mismo sexo o la igualdad de representación en sus propios ministerios?
“No creo que haya sido demasiado revolucionario. Fue el momento y fue necesario, nunca es malo el debate social. O hacías este tipo de política o nunca cambia nada. En un momento, parecía que las estructuras familiares iban a caerse en España y el tiempo ha demostrado todo lo contrario: lo único que ha pasado es que personas que no tenían ese derecho ahora pueden elegir”.

-¿Las ideologías de cada casa deberían dejarse al margen del debate político?
“Un gobierno debe garantizar que cada uno puede hacer lo que quiera. Que la gente tenga derecho a decidir. Es una cuestión de libertades. Nos olvidamos del divorcio exprés: por primera vez las parejas podían divorciarse sin tener que justificar nada… y también de políticas como la ley contra la violencia de género o la de dependencia…”.

-Bueno, la ley de dependencia quizá no sea un gran ejemplo…
“Lo que pasó es que las leyes se tienen que dotar para ponerlas en marcha…”.

-¿Por qué hemos tenido que esperar hasta 2015 para que en Canarias tengamos una candidata a presidenta del Gobierno?
“En Canarias hemos tenido un problema importante: hemos tenido un déficit de mujeres referentes en la política. En el Gobierno de Zapatero una persona que ayudó mucho a visibilizar la igualdad fue María Teresa Fernández de la Vega. Ahora, por ejemplo, nuestra candidata Patricia Hernández está embarazada y nos han llegado a hacer preguntas tan absurdas como si va a poder hacer campaña… cuando Juan Fernando López Aguilar tuvo sus mellizos en plena campaña por las Europeas y nadie reparó en ello. Son tiempos masculinizados”.

-El PSOE lleva una legislatura en el Ayuntamiento de Santa Cruz tras un pacto que parecía contra natura. ¿Cómo han gobernado con CC?
“En líneas generales, no podemos decir que haya sido mala la legislatura, pero sí ha habido diferencias porque somos partidos diferentes. Yo no soy nacionalista, rechazo el nacionalismo y el de CC aún más porque no creo que sea uno al uso teórico como debe ser. Hemos tratado de mantener nuestros espacios en cada una de las áreas de trabajo y eso ha servido para pacificar la política tanto dentro como fuera del Ayuntamiento. Ahora Santa Cruz tiene paz social aunque no estemos de acuerdo en asuntos que van desde el más polémico -el derribo del mamotreto- a cuestiones diarias. Tenemos visiones distintas pero esto pasa en las relaciones de pareja también… Nos gustaría gobernar en solitario para poder establecer las políticas socialistas más de izquierda”.

-¿Como cuáles?
“Para nosotros es importante que todos los ciudadanos de Santa Cruz sean iguales a la hora de recibir recursos, vivan donde vivan. Buscamos la igualdad en todo: desde las zonas de especial interés turístico a barrios que se nos olvidan que existen como Anaga. Es importante que se consiga y, ahora, estamos bastante lejos”.

-¿Implementarían las políticas sociales?
“En el Ayuntamiento de Santa Cruz prácticamente no existían las políticas sociales. Hace ocho años solo tenía un recurso propio que era el albergue que, en realidad, era insular. Estos años se ha hecho un esfuerzo importante para aplicar políticas sociales, pero todavía queda mucho por hacer. Son políticas que deben estar muy coordinadas administrativamente: el Ayuntamiento está asumiendo cosas que no le competen porque a la gente no la puedes dejar en la estacada. El cambio de gestión y el modelo profesional ha dado un giro de 360 grados en este área. Recuerdo cuestiones tan lamentables como ver al concejal repartiendo pizzas en Cuesta de Piedra”.

-¿Apoya que Casimiro Curbelo no sea el candidato en La Gomera?
“Las normas están para cumplirlas y si el PSOE impone que no puede haber candidatos imputados, no vale hacer excepciones porque uno sea más histórico que otro”.