VICENTE PÉREZ | La Laguna
Dos policías y un exagente del cuerpo municipal de La Laguna imputados en el caso Corredor comparecieron ayer ante el juez César Romero Pamparacuatro, en la continuación de una nueva ronda de declaraciones en la causa que afecta también al alcalde lagunero, Fernando Clavijo, así como a otras 40 personas procesadas, y que instruye el Juzgado Número 1 de Aguere.
En concreto, ayer declararon Blas Enríquez, exsubcomisario lagunero y ahora jefe de la Policía Local de El Rosario, así como el antiguo subcomisario Juan José Díaz y el subinspector Juan Pedro Lutzardo. Todos ellos, imputados por prevaricación y tráfico de influencias, negaron formar parte de una trama para evitar actas sancionadoras a locales de ocio nocturno de El Cuadrilátero y perseguir a otros con extorsiones económicas, al tiempo que negaron conocer personalmente al principal empresario imputado, Evaristo González, según fuentes del caso.
Es lo único que ha trascendido de su declaración, pues el abogado portavoz de la defensa, Carlos Álvarez, se limitó a comentar que “del interrogatorio de ayer no se deriva delito alguno” por lo que augura que “en breve plazo los tres van a quedar desimputados, dado que se ha diluido la veracidad de la trama denunciada” por el propietario del pub Sketch, Carlos Calderón.
Este empresario denunció que Lutzardo acudía a levantar actas contra su local y que le dijo que “si quería evitarse esas molestias, había fórmulas para evitarlo, y a buen entendedor pocas palabras bastan”. Expuso entonces esta situación a Clavijo, cuando era edil de Seguridad, así como a Enríquez, entonces jefe de los servicios de noche, y Díaz, jefe de la Policía, en una reunión que grabó, y el denunciante asegura que continuaron las visitas del agente a su pub. La Policía Nacional interrogó en 2010 a Enríquez y concluyó “de dudosa credibilidad” que no recordara tal reunión, ni otras posteriores que Calderón dice que tuvo con él, ni que se quejaran de extorsión de un agente. De ahí que para los policías investigadores esta actitud de Enríquez “pudiera ser un indicador de querer encubrir algo” y concluyeron que “Clavijo estaba al corriente de lo que sucedía y a pesar de ello no tomó ninguna medida”, además de existir un supuesto pacto para que los locales cerraran mas tarde.