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Marruecos se opone a que España amplíe su plataforma continental

   

marruecos1SARAY ENCINOSO | Santa Cruz de Tenerife

La mayor ampliación de la soberanía marítima española desde tiempos de Cristóbal Colón se ha topado ya con los primeros obstáculos. El proyecto presentado en diciembre del año pasado por España en Naciones Unidas para ampliar la plataforma continental de Canarias y obtener la soberanía de 296.500 kilómetros cuadrados ubicados al oeste de las Islas no ha gustado a Marruecos. El país norteafricano remitió este mes un escrito al organismo internacional en el que subraya que existe una controversia respecto a la zona más al sur.

Las aguas en conflicto se sitúan en el Sáhara Occidental, un territorio que lleva desde 1975 bajo ocupación marroquí y al que Naciones Unidas le ha concedido el derecho a la autodeterminación. Desde entonces, el pueblo saharaui ha reclamado su independencia sin éxito. Sin embargo, después de numerosas resoluciones y de intentos frustrados de celebrar un referéndum para conocer qué piensa la población afectada, el reino alauita solo contempla como opción su proyecto de regionalización, es decir, dar más autonomía al territorio.

El gobierno magrebí considera que la reivindicación española afecta a la plataforma continental en zonas marítimas que conciernen a Marruecos y España y que aún no han sido delimitadas. Es la forma que tiene el ejecutivo norteafricano de atribuirse la soberanía de las aguas del Sáhara.

Está previsto que España defienda su proyecto de ampliación en el mes de agosto ante una comisión técnica de Naciones Unidas. El documento elaborado por la administración española solo hace referencia a las aguas del Sáhara de manera superficial: apunta que “los derechos de terceros” podrían ser reclamados en su día. La reivindicación del Estado español abarca los recursos naturales -incluyendo el subsuelo- de un área marina similar a Italia.

Además del conflicto con Marruecos, parte de la zona demandada por España, alrededor de 10.000 kilómetros cuadrados al suroreste de Madeira, también es codiciada por Portugal. En principio, el acuerdo entre ambos países será más sencillo, porque no cuenta con el añadido de una descolonización fallida. El límite fronterizo está ahora fijado en las 200 millas marinas desde la línea de costa, según se establece en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. El máximo de ampliación permitido, no obstante, está en las 350 milllas.

Si el Ejecutivo de Mariano Rajoy consigue este propósito, que no es nuevo sino que comenzó en 2009, España tendría acceso al gas y el petróleo que se esconden en el fondo del mar, como ya han advertido los geólogos marinos. José Luis Rodríguez Zapatero, cuando era presidente, presentó la solicitud ante Naciones Unidas de manera coordinada con Portugal y explicó que era la fórmula para obtener todos los derechos de soberanía a los efectos de explotación y exploración de sus recursos naturales en esa zona.

La mediana de la discordia
La investigación que ha dado lugar a la solicitud de ampliar la soberanía marítima es, probablemente, la más profunda que se ha llevado a cabo en este sentido sobre Canarias. Ha corrido a cargo del geólogo Luis Somoza, un experto que trabaja en el Instituto Geológico y Minero de España (IGME). El equipo de Somoza ha realizado seis campañas a bordo de tres buques oceanográficos públicos (el Hespérides, el Miguel Oliver y el Sarmiento de Gamboa) para documentar los límites exteriores de la plataforma. En total, han recorrido 72.352 kilómetros. Los técnicos de la ONU tendrán que verificar este verano toda la información recabada. No es la primera vez, y probablemente tampoco la última, que España y Marruecos tienen problemas por la delimitación de las aguas. A principios de siglo José María Aznar decidió trazar unilateralmente la mediana, lo que generó un conflicto con el país vecino.

Ocurrió en 2001 y tenía un objetivo claro: otorgar los primeros permisos a la multinacional Repsol para perforar el subsuelo marino próximo al Archipiélago. Después de varios recursos por parte de administraciones canarias, Zapatero paralizó temporalmente la extracción de crudo, que se reanudó recientemente y que dio resultados negativos.

La petición de ampliación de soberanía marítima por parte de España reabre el debate sobre el uso de los recursos naturales.

La decisión de extraer petróleo off shore generó un importante rechazo en parte de la población canaria, que entendió que el principal motor económico del Archipiélago -el turismo- era incompatible con este tipo de industria. Además, consideró que el riesgo de esta actividad -efectos sobre los ecosistemas y posibilidad de un derrame- era demasiado alto.

Casi al mismo tiempo que Repsol cesaba en su empeño de extraer petróleo frente a las costas de Lanzarote y Fuerteventura, la multinacional norteamericana Kosmos Energy, con una licencia otorgada por el Gobierno marroquí, iniciaba las exploraciones en aguas saharauis.

A pesar de las denuncias de “expolio” del Frente Polisario ante la comunidad internacional, la petrolera prosiguió con sus trabajos y solo se marchó después de comprobar que el crudo que se localizaba en el cuadrante elegido para su primera exploración no era comercializable. Aún cuenta con otros permisos para ejecutar en el futuro, lo que hace prever próximos enfrentamientos con el pueblo saharaui. En el mismo sentido, en Canarias, especialmente en las islas más occidentales, sigue existiendo el temor de que Repsol vuelva a perforar otra de las áreas donde tiene autorización del Ejecutivo español.

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El IGME buscará en verano los volcanes emergentes al oeste de las Islas Canarias

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Le toca el turno a los más jóvenes del lugar. El Instituto Geológico y Minero de España (IGME) tiene prevista una nueva campaña cuyo objetivo será detectar los volcanes submarinos emergentes que espera encontrar al oeste de Canarias, tal y como desvela a este periódico el geólogo marino Luis Somoza. Dicho estudio, que tendrá lugar en verano, se enmarca en los trabajos llevados a cabo en los últimos años en los alrededores de las Islas, que ha permitido identificar varias formaciones submarinas al norte y al este de Lanzarote y Fuerteventura, así como un Archipiélago gemelo, una suerte de Atlántida canaria, al sur de El Hierro.

“Nunca se había estudiado Canarias como en los últimos cinco años”, sentencia Somoza, que celebra el impulso dado a esta tarea a cuenta de la solicitud de España a Naciones Unidas para ampliar la zona económica canaria en unas 350 millas marinas al oeste y al sur. Como quiera que para su aprobación debe probarse que tal zona obedece al mismo fenómeno geológico que Canarias, el Gobierno ha dado prioridad al asunto. Por una vez, los medios no han supuesto obstáculo alguno al avance de la Ciencia con mayúsculas.

Para el especialista, las dos campañas ya realizadas han sido realmente fructíferas: “Hemos trabajado a unos 5.200 metros de profundidad”, declara orgulloso el científico, que lidera un trabajo para el que se cuenta con los tres buques oceanográficos españoles: el Hespérides, el Sarmiento de Balboa y el Miguel Oliver. “Nuestro objetivo para la próxima campaña son las nuevas formaciones volcánicas, y las buscamos al oeste porque es el esquema lógico del punto caliente sobre el que se asientan las Islas, y que se repite en los montes descubiertos al sur”, detalla el científico, ahora embarcado “en una tarea enorme, para la que contamos con la colaboración del Involcan y del ITER, y que es descifrar la enorme cantidad de datos que hemos obtenido en las campañas realizadas”.

¿Servirá la campaña del oeste para predecir cuándo y dónde será la próxima erupción volcánica en Canarias? “Ojalá, porque ganaríamos el Premio Nobel; al igual que con los terremotos, eso no lo sabe nadie; otra cosa es que sí sabemos dónde debemos buscar”, responde el investigador del IGME. Y sin embargo, queda mucho por descifrar. Si bien la lógica hace buscar al oeste lo que Somoza llama “el ADN de los volcanes recientes”, varios datos desconciertan a los especialistas. “Timanfaya es una anomalía porque es demasiado reciente para tener lugar en una de las islas canarias más antigua, pero es que hemos descubierto una serie de conos volcánicos entre Lanzarote y Marruecos a unos mil metros de profundidad que, sencillamente, tampoco cuadran con el esquema de este punto caliente”. Esta suerte de Timanfaya submarina no está activa en la actualidad, pero intrigan a los científicos que la estudian. Somoza (y España) tiene una cita importante en agosto.

Presentada ya la solicitud para la ampliación el pasado mes de diciembre, será dentro de cinco meses cuando tenga que exponer el trabajo de todo su equipo ante el Comité Científico de la ONU.

“Estamos convencidos de que se trata del mismo fenómeno geológico”, confirma el geólogo marino. “Incluso, los montes del sur no son otro archipiélago macaronésico, sino que realmente tienen una conexión clarísima con Canarias; es el mismo punto caliente o, mejor aún y para entendernos, digamos que son parte de la misma vitrocerámica”, concluye sonriente de su propio ejemplo.