X
EMPRESARIOS >

Martín García Garzón, curiosa jubilación

   

Está jubilado, pero cualquiera lo diría. El día de nuestro encuentro en las instalaciones de Montesano, Martín García Garzón había llegado a la oficina a las ocho de la mañana. / FRAN PALLERO

Está jubilado, pero cualquiera lo diría. El día de nuestro encuentro en las instalaciones de Montesano, Martín García Garzón había llegado a la oficina a las ocho de la mañana. / FRAN PALLERO

ANTONIO SALAZAR | Santa Cruz de Tenerife

Está jubilado, pero cualquiera lo diría. El día de nuestro encuentro en las instalaciones de Montesano, Martín García Garzón había llegado a la oficina a las ocho de la mañana. Al despedirnos eran las ocho de la tarde. Solo se nota que se considera fuera de la empresa cuando habla con indisimulado orgullo de haber llevado a cabo la sucesión en su gobierno, con sus tres hijos plenamente integrados y en armonía. Tampoco puede ocultar su satisfacción al relatar la sorpresa que le prepararon por los 50 años de la compañía. Se agolpan los homenajes, hace nada recibió el de la CEOE en reconocimiento a la labor de todos estos años.

-¿Lo peor quedó atrás?
“Es más que probable que así sea. Han sido años duros, pero hemos empezado 2015 subiendo un 6-7% en las ventas, aunque no tanto en los precios. Creo que para recuperarlos hará falta más tiempo. De todos modos, diría que hay sectores y dentro de los sectores existen empresas que capean algo mejor el temporal”.

-Y se produjo la sucesión, el terror de cualquier empresa familiar…
“Estoy satisfecho del modo en que se llevó a efecto. Era la asignatura pendiente, pero creo que hemos completado el proceso, por lo que estamos contentos. Raúl es el director general, Jaime el director comercial y Carmen se encarga del marketing y las relaciones externas. Yo participo de los consejos de dirección, cuentan conmigo aunque ya no tengo ni poderes ni sueldo. Pero me divierto, sigo viendo las cosas que podemos hacer”.

-Vaya forma de irse, si está aquí todo el día…
“Pero mucho más relajado, observando todo y con mucho tiempo para hacer cosas. Hoy hemos tenido a los representantes de una empresa de distribución, pasan a la fábrica, pero luego ya los acompaño a la comida y no tengo prisa por volver. En eso sí se nota que he dado un paso al costado, en eso y en saber que queda todo en buenas manos, que no se van a encontrar el día de mañana con sorpresas en la empresa por no haber hecho las cosas a tiempo”.

-¿Tuvo miedo en esta crisis? Se dice que el sector alimentario lo sorteó un poco mejor que otros.
“Mejor que la construcción, será. Porque lo cierto es que en los años 2008, 2009 y 2010 sí que estaba preocupado. Lo que pasa es que nosotros somos una empresa que nunca ha repartido beneficios y que siempre hicimos un buen uso de la Reserva para Inversiones (RIC). A mí me parecen injustas muchas de las críticas que se le hacen a ese beneficio fiscal porque ha sido clave para capitalizar las empresas que necesitábamos invertir y consolidar nuestro crecimiento. Gracias a eso no hemos tenido que hacer ajustes en el empleo (400 trabajadores solo en las empresas cárnicas del grupo) y soportamos esa enorme travesía del desierto. La situación se pudo sortear porque estábamos preparados pero no resultó sencillo, con una competencia terrible que provocaba tener que vender los jamones perdiéndole 12 o 14 euros por pieza. El mercado de Canarias es muy duro, las empresas de fuera colocan aquí sus excedentes a precios bajos para no degradar sus mercados naturales. Ha habido capacidad ociosa en muchas fábricas y estas son sus repercusiones”.

-Los consumidores agradecen los precios bajos y más en estos tiempos.
“El problema es que la distribución parece empeñada en competir en precio, como si aguardara a que quedaran en pie solo los más fuertes. Es una faena tener un jamón, que curas de dos a cuatro años, para terminar perdiéndole dinero. Nosotros mantenemos un stock de 25 o 30 millones de euros que hay que financiar. Por eso, en los peores momentos, casi te conformabas con pagar las nóminas y amortizar. A eso me refería cuando decía lo duro que ha sido todo”.

-Si lo peor quedó atrás, ¿qué riesgos ve en el futuro?
“Quizás tantas elecciones. La gente se puede asustar, aunque eso no es algo que pueda pasar durante mucho tiempo. No creo que corra peligro nuestra posición en Europa, que ha contribuido a modernizar el país con unas infraestructuras muy aceptables. Lo malo es que se gastó el dinero a lo bestia, más pensando en ganar elecciones que en darle un cambio al modelo de país”.

-Dejamos pasar una oportunidad extraordinaria para introducir cambios estructurales
“Que ya no se harán porque parece que el ciclo cambia y los políticos atienden mejor el corto plazo. Pero hay algunas reformas que parecían indispensables, porque no se puede seguir manteniendo una estructura administrativa con unos gastos imposibles. Quizás faltó establecer una jerarquía de prioridades, reducir la administración para modernizar también el país. Aunque admito que, pudiendo existir tantos intereses creados, esto no resultaría sencillo. También en educación parece que se podía hacer algo más y mejor, con lo que nos jugamos. El otro día leía que en la Universidad de Salamanca existía un catedrático para ocho estudiantes. No parece que sea algo razonable”.

-Tenemos un enfoque distinto sobre nuestro Régimen Económico y Fiscal. ¿Le gusta la parte que entró en vigor el pasado 1 de enero?
“No servirá para nada mientras no esté libre de interpretaciones. Es su principal debilidad, algo inaudito, sujeto siempre a cómo lo vea quien tiene que analizarlo. Cuando estudiamos la parte fiscal ya dije que estaba bien si a la Agencia Tributaria o a los inspectores se lo parecía. Caso contrario, no. La justicia tampoco ha ayudado mucho, porque sus sentencias también han sido contradictorias. Y eso sí, lo único que sacamos en claro es que a la Agencia Tributaria solo le interesa recaudar y recaudar”.

-Sé que con Lanzateide, la empresa que comparte con Paco Gómez, han hecho algunas operaciones corporativas.
“Hace unas semanas hemos comprado el 60% de 5 Oceános y existe un plan para expandir la empresa a Gran Canaria abriendo nuevas tiendas, ya que hasta ahora operaba en Tenerife, La Palma y La Gomera. Se mantiene su equipo directivo con nosotros porque han hecho bien las cosas y ahora podremos aprovechar sinergias de grupo”.

-¿Y el resto de posiciones con Lanzateide?
“Mantenemos diversas participaciones en empresas como Haricana, Vidrieras -a través del Grupo Alisio-, Hiperdino, el hotel Marylanza, frigoríficos en Tenerife o Gran Canaria y en Contactel. Son todo apuestas por el largo plazo, que quizás empleen a más de mil personas pero esas no dependen directamente de mí”.