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Foodies

   

Por Fran Belín. FOTO: Pedro Peris

Omar Bedia

Omar Bedía

Omar Bedía, el chef explorador

A modo de aquella pregunta histórica, “¿el doctor Linvingstone, supongo?”, los comensales repetían lo propio al pasar al Gastrobar AIE de El Sauzal, donde su jefe de cocina titular despliega pura ambición creativa sin estridencias innecesarias y con el denominador común, desde el snack al postre, de un lenguaje culinario preciosista, metódico y eficiente; Omar Bedia dejó de ser promesa para ocupar lugar puntero en la Nueva Cocina Canaria.

 

El hallazgo

El León Cocina Natural (Bajamar). La carta de Macarena es diaria, del mercado bio-local, expuesta en una pizarra rústica. Todo natural y vegetariano y precios inexplicablemente económicos que hacen doblemente la alimentación saludable, pacífico, alegre y cariñoso. Atención cuidada con sonrisas inolvidables y sorpresas; creatividad y cocina ligera, que ruge de alegría en un “coro reggae” de verduras, cereales y artesanía de la cerveza. Buen vino y bebidas naturales. (*Avenida del Sol, nº 13, Bajamar. 690 957 341)

 

La genialidad

Gofio contra hambrunas. Se lamenta de no haberse dado cuenta antes. El escritor tinerfeño Alberto Vázquez Figueroa considera que el gofio ya amasado,  enriquecido y   envasado al vacío, podría llegar para consumo directo de zonas donde imperan las hambrunas, caso del Sahel o el Sahara. Para él, junto a la producción y reparto de cientos de miles de simples bandejas de hierro colado que expone en su libro Hambre, se conservaría mejor y necesitaría mucha menos agua a la hora de prepararlo y comerlo de inmediato, no como los cargamentos de arroz, por ejemplo.

 

Píxeles comestibles

Tomate que no lo es. El tomate seleccionado para para esta ocasión es categórico, tanto por la sencillez y el luminoso impacto visual como por el argumento culinario de quien lo elabora, el chef Germán Blanco (La Tegala, Lanzarote). Con una combinación de técnicas, el cocinero da forma a un tomate conjuntando calabaza en tres texturas, ingrediente principal, y luego recubriendo con gelatina vegetal previa congelación de la pieza. El resultado de preciosa estética, para comérselo.