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728.300 – Por Jaime Rodríguez Arana*

Un total de 728.300 hogares en España no dispusieron en 2014 de ningún tipo de ingreso familiar. 200.000 de estos hogares contaban además con menores de 16 años. En España, la exclusión social ha pasado en 2014 de riesgo a una realidad que golpea ya a 700.000 familias que han ingresado formalmente a la situación de pobreza. Contamos ya con dos millones de españoles que trabajan fuera de nuestro país, de los cuales 140.000 salieron entre 2010 y 2013 a la búsqueda de trabajo para vivir dignamente.

De estos 728.300 hogares, 189.000 corresponden a Andalucía, que tiene ella sola el 25,95% del total nacional. Cataluña cuenta con 102.600 de estos hogares, el 14,08% y Madrid con el 8,59%, es decir, con 62.000 familias sin ingresos. En la Comunidad Valenciana hay 91.700, en Canarias 51.900, en Castilla y León 32.600, en Galicia 31.800…
Estos datos, extraídos de la Encuesta de Población Activa, nos acercan a la realidad y demandan políticas públicas de otra naturaleza, de otra dimensión, de otro orden, más allá, mucho más allá de las medidas, muchas de ellas efectivas, que se adoptan. Mientras, la deuda pública, que ya pasa del billón de euros, amenaza a millones de españoles que podrán comprobar la realidad de la solidaridad intergeneracional de los gobernantes de estos años. Europa, el viejo y enfermo continente, gracias a la estabilidad social y política del modelo del Estado social y democrático de Derecho, ha disfrutado en términos generales, al menos formalmente, de estándares de calidad de vida y desarrollo integral que ya quisieran para sí millones de personas de todo el planeta. Sin embargo, con la llegada de la crisis en Europa, quién lo iba a pensar, también ha aparecido, y a veces de forma preocupante, la pobreza.

Es más, en España, son datos de 2013 de la red europea de lucha contra la pobreza y la exclusión social, el 27,3% de la población, casi trece millones de ciudadanos (12.866.431 personas), viven en riesgo de pobreza o de exclusión social. 9,6 millones de españoles, según este estudio viven bajo el umbral de la pobreza y 2,8 millones sufren una severa falta de recursos. Es verdad que de 2012 a 2013 esta tasa ha descendido en 9 décimas pero la situación es francamente preocupante.

Desde el inicio de la crisis, si es que se puede datar en 2007, la tasa de personas en riesgo de pobreza en España ha aumentado en cuatro puntos, situándose por encima de la media europea, que está en el 25%. Los países con una tasa más baja son la República Checa y los Países Bajos con un 15%, y los que tienen registros más elevados, Bulgaria (50%) y Rumania (41.7%). En España, el 27.3 % de la población sobrevive con unos ingresos menores de 8.114 euros anuales. El 70% de las personas presenta un nivel de riesgo moderado, el 10% de riesgo muy alto y el 1% de riesgo extremo. Es decir, precisamos hacer políticas económicas y fiscales que no generen pobreza y que se concentren en disminuir la elevada tasa de pobreza infantil. Necesitamos políticas de empleo que generen trabajo de calidad porque el trabajo precario, bien lo sabemos, degrada a la persona humana. En España todavía existe más de un 13% de trabajadores pobres que, trabajando mucho, son datos de la red europea de lucha contra la pobreza y la exclusión social, no consiguen salir de la situación de pobreza.

Es decir, tenemos ante nosotros una realidad que antes no existía. Muchos nuevos pobres. Una realidad que reclama del Estado políticas públicas valientes y de vanguardia para intentar paliar el sufrimiento y la pobreza de varios millones de habitantes. Un desafío que en el futuro seguirá interpelando las conciencias de unos gobernantes que deben aplicarse, por encima de otras consideraciones, a reducir esta peligrosa brecha social.

*Catedrático de derecho administrativo
jra@udc.es