sucesos>

El alijo interminable

Buzos trabajando en el desguace. | FUNDACIÓ MAR
Buzos trabajando en el desguace. | FUNDACIÓ MAR

T. F. | Santa Cruz de Tenerife

Los buzos de un contratista que desguaza el barco Ceres II, hundido en el Puerto de La Luz y de Las Palmas dos años después de que en 2005 fuera interceptado en el Atlántico con 3.507 kilos de cocaína a bordo, encontraron el pasado lunes unos fardos de droga, según informa la Autoridad Portuaria.

La noticia llama la atención por el tiempo transcurrido, ya que no es fácil ocultar la droga de tal manera que pase desapercibida para los especialistas que hace 10 años registraron a fondo el barco y por las características del propio buque.

El Ceres II figura con derecho propio en la historia de la lucha contra el narcotráfico que se libra desde Canarias por dos motivos: uno es obvio, dado que semejante alijo (los referidos 3.507 kilos… por ahora) no se intervienen todos los días. El otro resulta mucho más interesante, dado que fue uno de los primeros barcos apresados que habían optado por la llamada ruta africana. Hasta entonces, lo habitual eran veleros, a menudo con un solo tripulante, que hacían escala en Canarias.

Sin embargo, los continuos golpes dados por las autoridades españolas (especialmente en la época de José Segura y Domingo Medina en la Delegación de Gobierno), hicieron cambiar de costumbre a los narcos, que optaron por enviar la droga directamente al continente africano para luego seguir camino a Europa a través de las redes ya establecidas de tráfico de personas y hachís.

Ayer, buzos de la Guardia Civil inspeccionaban de nuevo el Ceres II, el barco de un alijo que se antoja interminable.