SARAY ENCINOSO | La Laguna
La Universidad de La Laguna tendrá que esperar al 14 de mayo para tener nuevo rector. Ningún candidato logró ayer más del 50% de los votos, requisito indispensable para hacerse con el puesto, pero Antonio Martinón, que se quedó al borde de conseguirlo -obtuvo un 47,75% de las papeletas-, fue el claro ganador. Se hizo con más apoyos en todos los sectores: alumnos, personal docente e investigador (PDI) y personal de administración y servicios (PAS) respaldaron mayoritariamente la candidatura del catedrático de Matemáticas. Bastante lejos quedaron sus adversarios. Juan Capafons, con un 23,70%, se vio obligado a apearse de la pugna, y Olga Alegre, con un 28,85%, tendrá una segunda oportunidad cuando se celebren los segundos comicios.
La euforia del que fuera hace años una figura destacada dentro del Partido Socialista de Canarias era evidente. El eslogan principal de su campaña ha sido devolver a la comunidad universitaria la ilusión. Se vendió como “la alternativa” y, a juzgar por los resultados, muchas personas dentro de la Universidad creen que es él quien puede liderar esa transformación. Después de felicitar la afluencia “masiva” a las urnas -anoche aún no había datos definitivos, pero las cifras apuntaban a un repunte-, Martinón, que no es el candidato oficial de ningún grupo claustral pero cuenta con el apoyo de Programa, reconoció que él y su equipo afrontan la segunda vuelta con “un panorama más claro”. La escisión en Renovación Convergente, de donde proceden Juan Capafons y Olga Alegre, podría haber sido clave. El grupo tenía previsto elegir a un candidato oficial en unas primarias, pero en el último momento Juan Capafons decidió no concurrir y presentarse, y Alegre optó al cargo como la candidata de RC. Entre ambos sumaron ayer más de la mitad de los sufragios.
Juan Capafons, el que peor parado salió de la primera jornada electoral, felicitó a Martinón por su holgada mayoría y destacó el hecho de que hubiera alcanzado el respaldo de todos los sectores de la institución. Preguntado por si apoyaría a alguno de los candidatos que finalmente competirán por el Rectorado, Capafons mostró su habitual tono dialogante y de consenso. “Apoyaré y estaré a disposición del candidato que elija la Universidad, del equipo que logre ilusionar”. Valoró el trabajo llevado a cabo por los compañeros que habían decidido ir en su plancha. “Estoy satisfecho con el trabajo hecho, ha sido excelente; no puedo decir lo mismo de los resultados”, admitió.
Por su parte, Olga Alegre, decana de la Facultad de Educación, reconoció los buenos resultados de Martinón, pero se mostró optimista y subrayó que ahora los dos aspirantes entran en una situación distinta, y ella cuenta con la posibilidad de recuperar apoyos de su antiguo compañero de grupo claustral. “Los votantes de Capafons son también de Renovación Convergente. Espero que puedan votarme en la segunda vuelta y que adquiera así la mayoría”, explicó.
Los resultados de la primera vuelta podrán ser reclamados entre el 30 de abril y el cuatro de mayo, fecha en que comenzará la nueva campaña electoral. A partir de entonces, la catedrática de Didáctica y su homólogo de Matemáticas tendrán ocho días por delante para reforzar o transformar su estrategia, además de analizar la tendencia de voto por centros y sectores.
Los datos provisionales de ayer ponían de manifiesto que la decana de Magisterio no obtuvo un respaldo contundente en su facultad. Martinón triunfó en todos los sectores de manera clara, pero esa ventaja fue más contundente entre el personal docente e investigador. Del 88% de los 1.130 doctores que participaron, 455 se decantaron por él. Algo similar ocurrió con los no doctores: votó el 67% de los 592 no doctores censados y 168 lo hicieron para apoyar al antiguo decano de Matemáticas. La candidatura también fue apuntalada por los alumnos, que ejercieron su derecho tímidamente -23% de participación- y prefirieron la alternativa de Martinón (2.453) frente a la propuesta de Alegre (1.358) o la de Capafons (1.201). El PAS, en la misma línea, depositó su confianza en “el candidato del cambio”.