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La ciudad se viste de luto por la muerte de Ángel Acosta

Ángel Acosta contempla la talla de la Virgen en la Peña de Francia. / M.P.P.
Ángel Acosta contempla la talla de la Virgen en la Peña de Francia. / M.P.P.

G. G. | Puerto de la Cruz

Puerto de la Cruz vivió el lunes uno de sus días más tristes tras el fallecimiento del escultor Ángel Acosta, autor de la imagen de la Virgen del Carmen y nombrado Hijo Predilecto de la ciudad el 16 de julio de 2001, el mismo día de su festividad. Dicho reconocimiento fue aprobado por unanimidad de todas las fuerzas políticas de la Corporación en ese momento, presidida por Salvador García, y para recibirlo el escultor se desplazó al municipio tras varias décadas sin hacerlo.

El Ayuntamiento declaró ayer un día de luto, firmado por la alcaldesa, Sandra Rodríguez, en coincidencia con las honras fúnebres que tuvieron lugar en la localidad de Tortosa, en Tarragona, donde residía desde 1947, y en cuyo taller le fue encargada la elaboración de la imagen de la patrona de los marineros.

Ángel Acosta Martín nació en en el municipio norteño el 25 de noviembre de 1922. Se formó en Gran Canaria, en la escuela de Luján Pérez y más tarde amplió sus conocimientos en la Academia de San Jorge de Barcelona.

En 1949 regresó a su ciudad natal para contraer matrimonio con Argelia Padrón Jesús y cinco años después regaló la imagen de la Estrella de los Mares, Nuestra Señora de la Virgen del Carmen, llegada a Tenerife en barco desde Barcelona. La talla se encuentra en la iglesia de Nuestra Señora de la Peña de Francia y es una de las más veneradas de Tenerife y de Canarias.

El cariño procesado desde entonces por los marineros portuenses y el pueblo en general, hacia el escultor provocó que en julio de 2012 el Ayuntamiento y la Cofradía de Pescadores del Gran Poder de Dios y de Nuestra Señora del Carmen, lo homenajearan con el descubrimiento de una placa de bronce y mármol situada bajo el busto en la plaza que lleva su nombre, aledaña a la zona del muelle pesquero. El 19 de mayo de 1954 la imagen de la patrona fue bendecida por el prelado de la Diócesis Nivariense, Monseñor Domingo Pérez Cáceres, saliendo en procesión ese mismo día a los hombros de los marineros de la ciudad, una tradición que se respeta en la actualidad.