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Grecia, el lastre de nunca acabar – Por Carmen Tomás

El Gobierno griego se ha propuesto amargar la vida a sus socios de la Unión Europea. Parece que el viernes las broncas en el seno del Eurogrupo fueron monumentales. Varoufakis recibió durísimas críticas, aunque éste siguió mostrando su chulería. No está claro que la Unión Europea tenga “un plan B”, echen a Grecia del euro o dejen al país heleno suspender pagos. Algunos dicen que algo en este sentido se habló en la reunión, pero otros lo niegan. Alemania está muy presionada por Estados Unidos que se siente concernida con las distorsiones que una eventual salida de Grecia del euro tendría para la economía europea pero también para la mundial.

El caso es que España, que no para de recibir mejores previsiones de crecimiento, aunque también algún varapalo por sus escalofriantes cifras de desempleo, ha sentido esta semana en la nuca la respiración de Grecia. Hemos visto cómo subía la prima de riesgo y la rentabilidad del bono a 10 años. También cómo la bolsa se resentía y cerraba varias jornadas de caídas que en cierto modo han parado el rally que había emprendido.

En todo caso, el IBEX terminó una semana con ganancias del 1,3 por ciento y lograba de nuevo la cota de los 11.500 puntos. Ocurre, sin embargo, que la incertidumbre sobre la posibilidad de Grecia de hacer frente a sus pagos, sobre todo uno de más de 3.000 millones de euros del mes de julio, va a provocar, según muchos analistas, altas cotas de volatilidad.

De hecho, Grecia es una de las preocupaciones del Gobierno de España para que la recuperación acabe asentándose y pueda ser percibida por un mayor número de ciudadanos. La economía podría estar creciendo en torno al 3 por ciento, pero hay dudas no sólo sobre Grecia sino también por la solidez o no del crecimiento, ya que una buena parte del empleo creado en este primer trimestre ha sido público o del sector de la construcción.