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De hamacas y procesiones – Por Xuáncar

En los pronósticos meteorológicos se esperaba en Canarias para esta semana un cielo con algún intervalo nuboso al norte de las Islas de mayor relieve a primeras horas, tendiendo a poco nuboso durante las mañanas, estando prácticamente despejado en el resto, con temperaturas mínimas con pocos cambios y máximas en ligero descenso, más significativo en medianías, lo que ofrece la oportunidad para tener playas abarrotadas, dándose la posibilidad de que muchos hoteles cuelguen el cartel de completo…

Visto lo visto, parece que los pronósticos han acertado de pleno. Independientemente que la demanda de ocio no sólo no se detiene, sino que se incrementa, que los servicios que se prestan son, comparativamente hablando, de un excelente nivel y que a las infraestructuras, a falta de un remozamiento general, les quedan todavía muchos kilómetros por hacer, el turismo extranjero sigue evolucionando de forma muy positiva (aunque hay países de origen que, por causas internas, han atenuado su demanda de destinos). Pero la verdadera y buena noticia es que el visitante nacional e interior vuelve a dinamizarse, teniendo como respuesta inmediata una revalorización de los precios de la oferta. Es cierto que ya no se hacen pedidos de tan larga estancia, pero se vislumbra un cierto cambio de tendencia.

No deseo colocarme en los defensores de la recuperación sin matices, porque con una tasa de paro del 30% sería indecente el hacerlo, pero el olor es diferente. Ahora hará falta mucha seriedad para consolidarlo. Ni siquiera deberíamos otorgar el papel de único motor a un solo sector económico. No obstante, soy de los que creen sin dobleces que el sector turístico ha creado empleo. A lo mejor no de la calidad que sería ideal, pero también hay que entender que la contratación ha de ser rentable. No conozco a ninguna empresa privada que contrate por amor al arte, sino que lo hace ante la oportunidad que se le ofrece para incrementar su tasa de ganancia, por lo que se podría centrar el debate en la discusión del concepto de “plantillas óptimas”, a la hora de dar el servicio correcto con la finalidad de maximizar el beneficio.

De igual modo, hay que establecer las mejoras continuas en el entorno, así como facilitar la conexión de los mercados emisores y receptores. Para ello necesitamos unas infraestructuras de transportes del siglo XXII (no es errata), con la finalidad de anticiparnos al futuro, si es que se me permite la expresión. La movilidad de las personas y de las mercancías seguirá siendo imprescindible en cualquier modelo prospectivo debido a que ofrecemos servicios y, normalmente, servicios a las personas, aún viviendo en la revolución tecnológica de las comunicaciones, porque, que yo sepa, a través de las redes sociales o cualquier forma de comunicación a través de internet todavía no se ha conseguido sentir el sol sobre nuestros hombros y la arena bajo nuestros pies. Las fotos y mensajes pueden llegar a ser sugerentes, pero la realidad todavía le gana a la ficción, al menos en este campo.
Otro reto importante que hay que afianzar es el de alcanzar un modelo turístico sostenible y responsable, debido a la composición mayoritaria del producto (sol y playa) que se ofrece desde el Archipiélago. De ahí que la diversificación intersectorial sea un rumbo nada desdeñable a explotar, habida cuenta que disponemos de un gran acervo cultural y gastronómico, así como de una infinidad de contrastes en poco espacio.

Y no he querido sacar el tema de la alteración geopolítica de los flujos de consumo turístico por causas imputables a la barbarie terrorista. Sabiendo que resulta indecente asumirlo como un aprovechamiento de una desgracia ajena, lo cierto es que Canarias ofrece seguridad, siendo un intangible que no sólo hay que conservar, sino sobre el que siempre se debe trabajar en aras de su fortalecimiento. Teniendo en cuenta que la demanda depende del clima, el pronóstico meteorológico que se tenía para esta semana que está a punto de acabar era bueno. El económico también.

A grandes rasgos, se ha tenido más acierto con el augurio que con cualquier encuesta electoral. Ahora sólo falta que se traslade, no sólo a las estadísticas oficiales, sino a los bolsillos de una sociedad deseosa de ser feliz de forma permanente, dejando de lado el sufrimiento que toda incertidumbre genera.

@JCXuancar