DIARIO DE AVISOS | Santa Cruz de Tenerife
Las heroinas ya están casa. La plantilla, el cuerpo técnico y algunos directivos del Fígaro Peluqueros Haris La Cuadra del Palmero llegaron ayer por la tarde a Tenerife vía Los Rodeos y allí, en el aeropuerto norteño, fueron recibidos por más de un centenar de personas entre familiares y aficionados a la escuadra blanquiazul.
El equipo tinerfeño logró de forma brillante y a las primeras de cambio el ascenso a la Superliga Femenina de voleibol. Allí competirá la próxima campaña, entre las mejores, y lo hará por méritos propios. Lo demostraron durante la competición regular y lo han vuelto a hacer en la fase de ascenso en la que se han mostrado intratables.
Sus aficionados quisieron agradecerle el esfuerzo de toda la campaña en forma de caluroso recibimiento. Entre vítores, sonrisas y alguna lágrima, las heroinas blanquiazules fueron desfilando por la puerta de llegada de la terminal aeroportuaria en una especie de desfile hacia la gloria.
La gloria ya está conseguida aunque todavía queden dos compromisos oficiales que, lejos de afrontarse con relajación y con la tranquilidad de haber sumado ya el objetivo, el grupo de David Martín buscará superarse a sí mismo y acabar invicto.
Es así como marchan ahora después el triunfo ante el Torrelavega en el pabellón de la Vieja Habana. Y es que las cántabras pasarán a la historia del conjunto blanquiazul por haber sido la víctima del Haris en los dos hitos logrados. Cayeron ante las tinerfeñas en aquella Copa Princesa de la que salió tan reforzado el equipo blanquiazul. El sábado volvieron a caer ante el Haris que celebró el ascenso después de un último punto conseguido por la gran Marina Dubinina.
Fue como un cuento con final feliz. La ucraniana, curtida en múltiples batallas, ganadora de casi todo lo habido y por haber, se encargó de certificar el ascenso y fue el centro de la piña en la que se transformó la escuadra tinerfeña tras alcanzar la gloria.
Ayer, esa piña se multiplicó y se convirtió en multitud. El premio del ascenso alcanzó un valor incalculable cuando la expedición bajó del avión y se encontró con el numeroso grupo de entusiastas que le esperaba para darle las gracias por lo vivido y para agradecerle también, de antemano, lo que se vivirá en el próximo curso liguero cuando el equipo, regrese a las mejores canchas del voleibol femenino nacional encarnando de nuevo el espíritu del inolvidable Quico Cabrera.
Porque este ascenso tiene una dedicatoria muy especial que va dirigida al fallecido dirigente, forjador de la leyenda del desaparecido CV Tenerife. Ahora, con los pies en la misma categoría, el CV Haris intentará seguir construyendo su propia historia, con un ejemplo a seguir.