EMPRESARIOS >

José Fernando Cabrera – Emprendedor de largo recorrido que aún cree en Canarias

EMPRENDEDORES

No es muy habitual encontrarse con funcionarios de carrera que hayan desarrollado luego una trayectoria empresarial sólida. Que no sea habitual no significa que no exista caso alguno y José Fernando Cabrera es uno paradigmático, sacrificando la tranquilidad del servidor público por la libertad del emprendedor. Recuerda con aprecio a los presidentes del Cabildo con los que trabajó (Galván, Clavijo y Segura) pero ya entonces pensaba en iniciar un proyecto vital ajeno las certidumbres de la función pública. Supo intuir que habría una crisis de calado cuando observaba como la oferta de viviendas duplicaba a la demanda y preparó el terreno para que los cogiese de la mejor manera posible. Cerró algunos y se centró en el grueso de sus negocios. Hoy emplea a 220 personas en los negocios hoteleros y a otras 70 en los establecimientos de ocio Monkey “restaurantes que ya han ganado los cuatro premios gastronómicos más importantes del país”. “Terminé de estudiar y vine a Tenerife para trabajar con la Westinghouse. Tenía incluso pactadas las prácticas en Estados Unidos. Pero conocí a mi mujer y cambian los planes. Entro a trabajar en la eléctrica del Puerto de la Cruz y estuve allí cinco años aunque no era el sitio donde me veía haciendo carrera. Casi entro a trabajar en un banco pero eligieron al otro candidato. Así que me preparo la oposición al Cabildo durante un año y allí estoy desde el 78 al 87”.

-¿Siempre quiso ser empresario?

“Sí, en casa lo había vivido y era algo que me atraía. El día de Reyes de 1988 nació IGS, una empresa que en origen se dedica a proyectos de ingeniería y construcción, que va teniendo una cierta evolución que nos permite ir creciendo”.

-Pero ya por entonces -primeros noventa- se gestaba una enorme crisis, que estuvo muy localizada en el sector de la construcción

“A nosotros nos coge con una obra en Radazul (residencial El Mirador) y lo pasamos mal. Estuvimos lidiando con ella cinco años sin apenas beneficios. Tiempos con unos tipos de interés que, desde luego, no son los de hoy. Aun así, resistimos. Luego vendrían promociones en Santa Cruz y La Laguna para más tarde ir al Sur, donde construimos para terceros y nos quedamos como gestores del establecimiento”.

-¿Por qué aceptaron gestionar aquel primer hotel?

“A mi mujer Maña y a mí nos había interesado siempre el sector. Empezamos y seguimos haciendo ese tipo de operación hasta que nos embarcamos en el Royal Garden Villages, en el que sí somos propietarios al 100%. Teníamos mucha fe en el sur y tuvimos la fortuna de contar con la confianza y la amistad de Santiago Puig. Siempre se portó muy bien con nosotros y nos dio toda clase de facilidades para acceder a solares y trabajar”.

-En su etapa de presidente de Ashotel, recuerdo las continuas advertencias que lanzaba sobre lo que podría pasar, antes de que se desatara la gran crisis del 2007

“En 2006 batimos un récord turístico en ocupación pero nos estábamos peleando por los precios. Sostenía entonces, y repito hoy, que esa no debería ser la batalla a dar como destino. No podemos competir abaratando precios, sí elevando la calidad para poder atender una demanda de alto poder adquisitivo. Estamos considerados en Europa como destino de tipo medio y debemos aspirar a mucho más pero si lo sabemos hacer”.

-¿Estamos a tiempo?¿Hay turismo como para que esto sea una especie de Costa Azul?

“Claro que sí. Hay más turistas en Europa con alto poder adquisitivo que nunca pero no es suficiente con renovar la planta hotelera. Hace falta también una infraestructura que esté de acorde con ese tipo de cliente, uno que esté dispuesto a pagar 150 euros por noche. Pero en eso no se hace lo suficiente. En los últimos veinte años, la única obra de cierta relevancia es el Magma, de resto nada. Harían falta marinas, parques temáticos o campos de golf, la isla está infradotada de ese tipo de instalaciones”.

-Proponer eso siempre genera cierta controversia y oposición. Es cierto que, salvo algunos lugares comunes, no parece que tengan una idea clara de cuál es el modelo

“Nosotros creemos en el futuro de Tenerife pero hay cosas que no podemos hacerlas nosotros… ni nos dejan. Es cierto que tenemos un problema de pasividad y no sé muy bien cómo se arregla. Por ejemplo, hace un tiempo teníamos un número importante de cruceristas, éramos los primeros. Ahora ya nos supera el Puerto de la Luz, encima convertido en puerto-base que es el más interesante, se hacen los transbordos, los pasajeros gastan en la ciudad. Renunciamos a esas cosas sin dar aparente batalla”.

-Se les critica mucho por no contratar más, ahora que las cosas van bien y tienen los hoteles llenos

“El sector turístico no es solo el hotelero. Nosotros tenemos unas plantillas que son relativamente estables con independencia de la ocupación. Aun así, se contrata. Supongo que nadie propondrá que contratemos sin necesitarlo. Hay un problema grave con el empleo, sin duda, pero parece que somos un buen chivo expiatorio y mientras se hacen esas críticas no se presta atención a la caída de inversión del Gobierno de Canarias o los recursos en formación que han venido desde Europa y a los que se les podía dar un mejor uso. Desde que comenzó la crisis, se invierte en obra pública mil millones de euros menos y se gasta en salarios públicos 200 millones más. Quizás usando inteligentemente esos recursos las cifra de empleos sería distinta y nosotros no tendríamos que escuchar esas críticas que enmascaran los errores del gobierno”.

-También se les reprocha que apenas consuman productos canarios, particularmente del sector primario

“Hay mucho margen de mejora pero también aquí depende de la voluntad política para hacerlo. Ya te digo que nosotros compramos a quienes vienen a ofrecernos cosas pero el problema es que apenas vienen a vernos. Estando de presidente en Ashotel presenté un plan que nos parecía buenísimo para el vino de Tenerife. Todavía, seis años después, estamos esperando una respuesta de la Consejería de Agricultura”.

-Usted es partidario de la marca Canarias o que cada isla haga su promoción

“Creo que Canarias debería ser la marca general, con una cierta coordinación. Pero no comporta que sea quien lleve la pauta de toda la promoción porque cada isla es diferente y su promoción también debería serlo”.