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El maestro Santiago Sabina – Por Joaquín Castro San Luis

Recuerdos en estos días del maestro Santiago Sabina, o el Maestro, como lo solíamos llamar. Mucho se ha hablado de su persona en estas fechas conmemorativas y se le ha recordado con una lápida con su nombre en la casa donde nació, en la calle San Martín esquina de La Rosa, en El Toscal, así como una escultura en el hall del Teatro Guimerá, inaugurada el pasado 11 de abril, con motivo del concierto celebrado en su honor por la Sinfónica de Tenerife; actos organizados por la Tertulia Amigos del 25 de Julio. El maestro Sabina era una persona amable, educada, de psicología profunda, de vivencias a raíz de su paso por escenarios europeos y americanos. Solía asistir a una tertulia en el desaparecido Café 4 Naciones, en la plaza de La Candelaria, donde hoy se encuentra el Banco Santander. Nos reuníamos allí, en la terraza alrededor de don Santiago y su esposa. Nos contaba anécdotas de una manera amena de sus estancias en Buenos Aires, Mar del Plata, y demás capitales sudamericanas, a donde acudía como director de orquesta de las compañías de zarzuelas españolas que realizaban tournés por aquellas tierras. Este género musical gustaba en todos aquellos países de raíces españolas.

En sus memorias siempre estaba presente Marcos Redondo, Sagi Vela y la actriz de carácter Selica Pérez Carpio. Artistas que visitaban Tenerife con frecuencia, sobre todo Marcos Redondo, invitado especialmente por Los Fregolinos en sus conciertos de Carnavales, así como Carlos Munguía y Pablo Vidal. Amenizaba las tertulias contando los trastornos que le ocasionaban los viajes en los grandes trasatlánticos con destino a Argentina y Montevideo. La tertulia se agrandaba de personal. Yo acudí a ella de manos de Francisco Bergillos Gálvez y su esposa Mari Sol Álvarez, también grandes aficionados a la zarzuela. En verano nos podía dar la madrugada oyendo los recuerdos y anécdotas de don Santiago. Generalmente, se unían a nosotros actores y actrices que actuaban en el Guimerá y cuando terminaba la función acudían allí. Era el café del arte, en especial de la música. El maestro Sabina, además de ser profesor del Conservatorio de Música y Declamación, había sido el fundador de la Orquesta de Cámara de Canarias. Todos los tertulianos éramos socios de la misma. Acudíamos a conciertos a los que generalmente invitaba a grandes figuras. Recuerdo a la pianista francesa Fabianne Jaquinot, la violinista polaca Hilda Hendel, las españolas hermanas Palaviccini, gemelas que tocaban a dos pianos, al americano Julius Katchen, pianista. Memorables aquellos conciertos y siempre en el Guimerá. Los cantantes de ópera decían que era un teatro de gran acústica. También se le llamó la bombonera. Hoy día la casi totalidad de los que formábamos aquella tertulia ya no están entre nosotros. Nunca faltaba alrededor de la figura del maestro Federico, el dueño del 4 Naciones, al que después se uniría el contiguo La Peña. Recuerdos del pasado de Santa Cruz, de una ciudad culta amiga de la alta comedia y la música. La vida cultural giraba entonces alrededor del teatro, pues desde que llegaba el mes de octubre las compañías tanto de zarzuela, ópera o comedia se sucedían unas a otras. Entre las grandes figuras de comedia, recuerdo a Eugenia Zuffoli, madre de José Bodalo; María Fernanda Ladrón de Guevara, Amparo Ribelles, Luis Prendes, Luisa Sala, Asunción Balaguer y Paco Rabal con la compañía de José Tamayo, amplio repertorio clásico; Mari Carrillo, Pepita Serrador, Narciso Ybáñez Serrador, Lina Santamaría, Juan Beringola… Recuerdo siempre la gran diva del bel canto María Francisca Caballer, Carlos Munguía, Paco Krauss, hermano del gran Alfredo, entre tantos nombres de la música y de la comedia que conquistaban al público de Tenerife desde el palco escénico del Guimerá.

Santiago Sabina Corona (1892-l966), nace en Santa Cruz de Tenerife, de padres originarios de la Villa Mariana de Candelaria. Sus biógrafos cuentan que a los 10 años dio su primer concierto en la Sociedad Filarmónica Santa Cecilia de Santa Cruz. Escribió innumerables partituras de música. El Teatro Guimerá, donde siempre dirigió la Orquesta de Cámara de Canarias, fue el escenario de este merecido homenaje. Antes del concierto el secretario de la Tertulia Amigos 25 de Julio leyó el acta en la que se tomó el acuerdo del homenaje, así como una glosa del presidente dedicada a Sabina. La biógrafa del artista, la doctora Ana María Díaz, habló sobre la vida y obra de este genial canario.

La Orquesta Sinfónica de Tenerife interpretó luego la Danza Exótica y la Fuga en Re Menor, del maestro Sabina, y puso el broche con la interpretación de los Cantos Canarios de Teobaldo Power. Noche memorable, llena de sentimientos hacia don Santiago Sabina, cuyo público vibró con una excepcional Orquesta Sinfónica dirigida por el joven director Ángel Camacho.