Periodismo se escribe con A

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JUAN MANUEL PARDELLAS

Casi el 75% de los puestos directivos en 500 medios de comunicación en 60 países los ocupan los hombres, según el Informe Mundial sobre la condición de la Mujer en los Medios de Información. ¿El género de un jefe de redacción influye en qué historias se cubren, cómo y a quién se promueven? Lanzamos el reto a altas ejecutivas y periodistas canarias de raza y esto es lo que nos contestaron

“Esto es vocacional”, coincide Cristina Alcaine, directora de Radio Televisión Española en Canarias (RTVE). En los primeros años ochenta, recuerda que sus compañeros varones de la tele “me miraban y me trataban más como un objeto que como una profesional”, aunque reconoce que en “muy pocas” ocasiones se ha sentido discriminada por razón de género. “Para mi compañía, ser mujer no supone ninguna limitación, más bien al revés”, afirma Mapi Quintana, directora general de Antena3 y Onda Cero Canarias.“Soy una periodista vocacional y después de más 20 años de actividad sigo absolutamente comprometida con una profesión noble e imprescindible que debe ejercerse con humildad, seriedad y rigor”, reconoce Lourdes Santana, directora de la Cadena SER en Canarias. “Como decía mi admirado Gabriel Garcia Márquez”, añade, “la ética debe acompañar al periodista como el zumbido al moscardón”.

Tras ocupar puestos de responsabilidad en Canarias7 y La Provincia y la corresponsalía de El País, Ángeles Arencibia, ahora freelance, reconoce que “es verdad que algunas redacciones tienen techo de cristal”. La exdirectora de RNE en Canarias, María Luisa Arozarena, añade que “ejercer un liderazgo es difícil y no todas las personas están capacitadas para ello. Es muy importante” –insiste- “ser asertivo y todo indica que las mujeres tenemos una capacidad alta para lograrlo”. Forjada durante 14 años en el mundo industrial “rodeada de hombres de 50 a 70 años”, Mapi Quintana advierte que “se trata de tener personalidad y criterios propios, más que ser hombre y mujer” y apunta un dato curioso: “no me he sentido discriminada en el la tele ni en la radio, pero sí en la calle, y mucho más por mujeres que por hombres”.

“Siempre había una chica más guapa, más interesante o con un padrino más poderoso que el tuyo (si lo tenías)”- introduce Cristina Alcaine-, “la estrategia que yo utilicé (y me funcionó) fue la de trabajar de lo que fuera”. La máxima responsable de RTVE en Canarias reconoce entre risas que aún muchos la recuerdan como “la que presentaba los deportes” (función que ejerció durante años); “yo” –añade- “¡que no sé ni lo que es un fuera de juego!”. “Mi único patrimonio es mi firma y mi credibilidad”, interviene Lourdes Santana, “y mi mayor satisfacción, descubrir nuevos talentos y crear buenos equipos de trabajos. No creo en los liderazgos, soy una persona de equipos, busco los equipazgos”.

“Todo está cambiando a una velocidad vertiginosa”, añade Arencibia, “y cada vez pesan menos los viejos roles y prejuicios, pero ni somos todas iguales ni queremos lo mismo”. Quitana sí advierte un detalle importante: “a una mujer gorda y calva no la quiere nadie, mientras un hombre así pasa por entrañable; ese hándicap estético sí nos sigue lastrando”. Chicha Arozarena reconoce que “alcanzar el éxito es difícil en cualquier faceta de la vida; nada se nos regala, menos a las mujeres”.

Arencibia matiza que “entre los redactores de a pie siempre fuimos compañeros, amigos, enemigos o indiferentes, pero no mujeres y hombres; al menos así lo viví y lo vivo yo”. Cristina Alcaine dice  sentirse “orgullosa” de pertenecer a una empresa que “reconoce la profesionalidad de las mujeres” y advierte ante los mitos: “la Barbie de antes, que no tenía ninguna preparación, ya no es la de ahora”. “Cuando marcas el territorio y tienes criterio, nadie te rechista”, apunta Mapi Quintana. “Ahora” –recalca- “se estilan periodistas con enjundia; la personalidad está por encima de la estética”.

Lourdes Santana también advierte que “en un mundo tan complejo, los periodistas estamos obligados, como casi todos los profesionales, a estar en una formación continua y las  empresas deben facilitarlo y  permitir la especialización”. La más veterana, Chicha Arozarena, reivindica que, “si se me exige inteligencia, capacidad de negociación, empatía, flexibilidad, autoestima, autocontrol, etcétera, sigo estando dispuesta a ello; yo, como mujer y como periodista, lo he intentado”.

Antes de despedirse, la directora de RTVE-Canarias remata: “ser mujer siempre ha sido muy difícil; esa lucha nos ha hecho más fuertes y estar mejor preparadas que los hombres”.