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La podredumbre de un sector – Por Tomás Cano

Cada vez que escribo me cuesta más, escribir es como la enfermedad de la lepra. No quiero escribir más, con lo cual todos mis detractores se alegrarán y yo me alegro por ellos. El resumen que hago es muy simple, cómo un sector puede funcionar con personajes como Gabriel Subías, el cual me hizo llorar una noche cuando fuí a verlo a su oficina, para informarle que me había quedado un hotel en Tenerife, y enfureció como un ogro. Hace unos años le pedí a Lázaro Ros apoyo económico para empezar de nuevo, me contestó que no podía o que no quería, no lo recuerdo bien. Lázaro Ros se incorporó en Air Europa porque su padre me lo pidió por favor, mierda de favor. En Airclass, todos los pilotos que se habían calificado como pilotos, dejaron y hundieron la compañía con Fortunato Lazarán y su segundo que hoy es inspector de aviación civil, manda huevos. Este es un sector de cobardes, los pilotos te llaman cuando no tienen trabajo y cuando ya están colocados te olvidan, mierda. Todos los pilotos se quejan de sus condiciones de trabajo, pero las consienten y las toleran por cobardía, tienen miedo a perder su trabajo, mierda.

Este es un sector en el que, con mis muchos pecados personales, tengo la espalda gastada de gentes sin escrúpulos que han subido hasta donde están, gracias a ellos, por ejemplo comisionistas, pilotos, gestores, mierda. Me han acusado personajes que yo coloqué en Air Europa de estafa, personajes como Javier del Olmo, o el mecánico Asín, les he ganado los pleitos, mierda. En Air Madrid fui tratado como un perro por su presidente, el mismo que la llevó a la quiebra. Mierda de sector, encima tenemos que aguantar las gilipolleces de muchos que, a la sombra de una compañía como Air Europa, hacen su agosto, porque solos no sabrían ni atarse los cordones de los zapatos. Lo dicho, esto está podrido, y lo que tiene el sector no es más que lo que se merece porque se lo ha ganado a pulso.